El Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, señaló que el órgano no es el responsable de la seguridad y protección de candidatos en las elecciones, pues, además de que esa no es su naturaleza, es responsabilidad del Estado.
Esto, durante su participación en la sesión “Recomendaciones para la seguridad de los candidatos y candidatas a los cargos de elección popular en las elecciones de Coahuila y el Estado de México 2023”, llevada a cabo este miércoles por el Colegio de México (COLMEX) en sus instalaciones.
“Aunque la inseguridad criminal y la violencia parecen acrecentarse en tiempos de elecciones, las autoridades electorales no pueden y no deben hacerse cargo de ninguna tarea que suponga labores de protección o de seguridad pública, incluso, si involucra a las y los aspirantes de una contienda electoral”, señaló el funcionario.
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Lo anterior derivado de las recomendaciones que hizo el Colegio para disminuir la violencia en los próximos comicios de 2023, las cuales fueron respaldadas por Córdova, impulsadas tras el proceso electoral del 2020 al 2021, donde asesinaron a 32 candidatos y candidatas, en 15 entidades de la República.
El titular del Instituto destacó las sugerencias del órgano educativo, que hacen un llamado a los partidos políticos para sondear y filtrar a sus candidatos, así como recoger experiencias de violencia e inseguridad que estos hayan vivido, para reportárselas a autoridades electorales, que a su vez las harán llegar con las autoridades competentes.
Explicó que atribuir estas tareas al INE “acaba convirtiendo a las autoridades electorales en entes que ya hacemos muchas cosas, que deberían hacer otros órganos del Estado”.
Por ello, el Consejero declaró: “no nos pidan ahora que seamos los responsables de la seguridad en los procesos electorales, porque no solamente no tenemos las herramientas y facultades, sino porque nuestra funciones y naturaleza es otra distinta”.
Añadió que las autoridades electorales fueron creadas para organizar elecciones y deben hacerlo con los más altos estándares de calidad, además de que si hacen tareas de seguridad que corresponden a otras entidades, pondrían en una zona de vulnerabilidad al personal del Instituto.
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Enfatizó que no es una cuestión de “lavarse las manos”, sino que “se trata de asumir que tenemos un problema, que es un problema grave, que es un problema que si se sigue menospreciando, puede acabarnos desbordando y volver nuestra convivencia democrática en una quimera, en un mero membrete”.
Aunque eso no significa que los órganos trasciendan, ocupen o jueguen un papel que no les corresponde para superar esta situación.
Concluyó al sentenciar que la coordinación entre órganos de los distintos sectores sociales en fundamental y que la comunicación tiene que ser fluida y permanente, pero sin excesos.