El crecimiento y desarrollo es esencial y medible a lo largo de la vida, esencial e inherente al proceso evolutivo. Nada es estático ni tiene una naturaleza pétrea, por el contrario, todo se encuentra en constante transformación. Este patrón de cambio ha sido estudiado en todos los aspectos y, desde el momento mismo en que el mundo empezó a tener una visión antropocéntrica, el cuerpo humano se volvió de máximo interés en diversas áreas de estudio. Es por eso que hoy en día contamos con un campo de la ciencia completo, como es la medicina endocrina, para la evaluación de los hitos de crecimiento en el ser humano, especialmente en su etapa infantil.
La endocrinología es una ciencia médica que va a la par del desarrollo de niños y niñas, esencial dentro del ámbito pediátrico, por lo que nos ha permitido conocer más sobre la edad ósea y los factores que pueden afectar el crecimiento de los niños. En este artículo te contamos algunos de ellos, la importancia de la hormona de crecimiento y cuándo se debe acudir a un endocrinólogo pediatra.
¿Qué es la hormona del crecimiento?
El ser humano tiene un período de crecimiento acelerado en el transcurso de su vida, que no es otro que la infancia y la adolescencia. Desde el momento mismo de la fecundación, el cigoto se empieza a dividir en decenas, cientos y millones de células que dan lugar a los tejidos y al comienzo de la vida humana. Como las mariposas, nosotros pasamos de ser pequeños capullos en el vientre de nuestra madre a adultos funcionales e independientes con un código genético propio.
Así que el desarrollo y sus hitos responden al hecho de que en nuestro cuerpo hay muchas hormonas diferentes con funciones específicas que permiten que ciertos comandos u órdenes sean enviadas al cerebro y se ejecuten funciones vitales en nuestro cuerpo. Entre ellas están las hormonas del crecimiento, también conocidas como “somatotropinas”, cuya tarea es regular el crecimiento de los huesos, tejidos y formación de células. Influyen en el crecimiento en la infancia y en nuestro metabolismo en la adultez. Son producidas en la parte baja del cerebro en una zona que comúnmente se denomina “glándula maestra”, que viaja por toda la sangre.
Síndromes que afectan el crecimiento
La hormona del crecimiento no es producida por nuestro cerebro en la misma cantidad y de manera tan constante a lo largo de la vida, de lo contrario, podríamos llegar a ser gigantes. Como todo en la naturaleza, esta encuentra su complemento y equilibrio en otra hormona: somatostatina, cuya función es la de frenar e inhibir la hormona del crecimiento. Ahora, cuando un niño se encuentra por debajo del rango natural de crecimiento, es cuando es necesario solicitar la asesoría de un endocrinólogo pediatra, quien, mediante evaluaciones médicas varias, será capaz de determinar el factor que está limitando el crecimiento y aplicará el tratamiento más adecuado.
Algunos de los síndromes que están ligados a la baja producción de la hormona del crecimiento son:
- Síndrome de Turner: Este se presenta solamente en niñas y se ocasiona cuando se tienen demasiados o muy pocos cromosomas desintegrados o la falta del cromosoma X.
- Síndrome de Noonan: Es un trastorno que evita el desarrollo normal de algunas partes del cuerpo. Este es ocasionado por una mutación genética heredada de alguno de los padres.
- Síndrome de Prader Willi: Tiene un origen genético y se describe en pacientes que presentan obesidad, baja talla, criptorquidia o alteraciones respiratorias.
- Síndrome de Silver Rusell: Ocurre cuando hay un retraso del crecimiento intrauterino y postnatal. Genera una baja talla y alteraciones craneoencefálicas.
- Síndrome de Rett: Sus síntomas comienzan a aparecer después de los seis meses, estos se manifiestan a través de la pérdida del habla, problemas de equilibrio, ausencia de movilidad en manos y pies, problemas respiratorios, de conducta y aprendizaje.
El médico endocrino es el profesional que procede a evaluar la edad ósea del niño, un indicador de la madurez esquelética y que permite determinar si se están alcanzando los hitos del desarrollo esperados para su edad. Con estos resultados y de otros exámenes complementarios es posible ofrecer un diagnóstico más detallado y sugerir un tratamiento hormonal.
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