PERÚ
Foto: AFP / Varias personas esperan fuera de la estación Machu Picchu después de que el servicio fuera suspendido por los manifestantes, que continúan con las protestas bloqueadas por policías peruanos  

Perú está gobernado por extremistas, estamos tomados por la corrupción”, reclama Adriana Arces, residente de Lima, en entrevista para 24 HORAS sobre la crisis política que viven en el país sudamericano tras la destitución del expresidente Pedro Castillo y las protestas que piden la renuncia de la nueva presidenta Dina Boluarte.

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“Las personas ya se hartaron”, agrega Adriana, que describe la situación en Perú como “más tensa”, en medio de las violentas manifestaciones que intentan “tomar Lima”, lugar donde ella vive, con un saldo de 46 muertos, según datos de la Defensoría del Pueblo, aunque medios internacionales contabilizan más de 50 fallecidos.

“Las cosas se descontrolaron terriblemente, hubo tomas de aeropuertos, destrozos, ataques a la Policía, saqueos en otras partes de Perú. Lo que obtuvimos fueron muertos, hasta el día de hoy tenemos algo más de cincuenta y tantos, nadie habla de los muertos”, afirma Adriana.

“Nosotros los peruanos tenemos un hobbie, que es meter a todos nuestros presidentes a la cárcel, todo el mundo sabe que si en verdad quieres ser presidente vas a terminar en la cárcel, le decimos ‘Dina, tú sigues’, y no nos molesta la idea” añadió Marces.

“Todo intento de una postura decente o balanceada inmediatamente le ponen dos adjetivos, les dicen ‘tibios’. Lima está gobernada por extremistas. En este momento hay una represión muy grande, la presidenta que entró como vicepresidenta de izquierda radical ahora está tomando decisiones de derecha radical”.

Aunque aseguran que su vida no ha cambiado desde lo de Castillo, sí existe más tensión, el no tener un rumbo político, el no saber quien será presidente mañana, les genera mucho estrés. El plan de Boluarte es mantenerse en el cargo hasta 2024, cuando están programadas las nuevas elecciones para presidente, después de su aprobación en el Congreso.

Mientras tanto, el fin de semana, el gobierno decidió cerrar el ingreso a la ciudadela inca Machu Picchu por tiempo indefinido, debido a motivos de seguridad ante las protestas. Posteriormente, grupos especializados evacuaron a 418 turistas extranjeros y nacionales que quedaron varados, informó el Ministerio de Turismo.

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