Foto: Archivo | "Hemos querido unir esfuerzos (...) para poder fijar a mediano y corto plazo unos planes militares que permitan enfrentar" al crimen, agregó el uniformado  

Altos mandos de las fuerzas armadas de Colombia y Ecuador acordaron este miércoles “unir esfuerzos” para enfrentar el narcotráfico y el crimen en la frontera, luego de una reunión en la ciudad colombiana y limítrofe de Ipiales.

“No se menguarán esfuerzos direccionados a la eliminación del narcotráfico, los delitos ambientales, el contrabando y todos los fenómenos que se hacen presentes en nuestras áreas de responsabilidad”, dijo a los medios el general colombiano Hélder Giraldo, acompañado de su par ecuatoriano.

“Hemos querido unir esfuerzos (…) para poder fijar a mediano y corto plazo unos planes militares que permitan enfrentar” al crimen, agregó el uniformado.

Por años ajeno al conflicto armado de su vecino, Ecuador se convirtió en un país receptor de la cocaína que se produce en Colombia antes de viajar hacia Estados Unidos o Europa.

Los narcos colombianos usan la frontera común, de unos 586 km, como corredor para evitar la fuerte persecución de las autoridades en el mayor productor de esta droga.

“Es una frontera muy dinámica y precisamente hay amenazas que son comunes entre los dos países. Este es el motivo de la reunión (…) delinear estrategias que permitan enfrentar y neutralizar estas amenazas”, concedió Nelson Proaño, jefe de las fuerzas militares de Ecuador.

Estudios independientes señalan que guerrilleros que no se acogieron al acuerdo de paz con las FARC de 2016 y otras estructuras envían sus cargamentos desde los departamentos colombianos de Putumayo y Nariño.

De lado ecuatoriano, la droga llega a las provincias de Sucumbíos, Carchi y Esmeraldas. Luego parten desde diferentes puertos con rumbo a otros continentes.

Según la ONU, Ecuador fue en 2020 el tercer país con más decomisos de cocaína (92 toneladas), detrás de Colombia (584) y Estados Unidos (157).

Las bandas ecuatorianas que se alimentan del narco libran una batalla por el control del negocio principalmente en las cárceles, donde han muerto cerca de 400 presos en medio de riñas desde febrero de 2021.

LDAV