PROGRESO
Foto: 24 Horas Yucatán / Las ventas de pirotecnia aumentan en las fiestas decembrinas; las detonaciones registradas en el centro han provocado afectación entre la población de pájaros zanates  

Autoridades y animalistas de Progreso, Yucatán, se mantendrán alertas durante las celebraciones de Nochebuena y Fin de Año, debido a que ya rondan los distribuidores de pirotecnia.

Hace dos días, los explosivos causaron estragos con decenas de pájaros tipo xkaues (zanates) en el centro del municipio, por las detonaciones realizadas.

Quienes venden estos productos, se aseguró mediante un sondeo en el centro del puerto, realizan su actividad por vía de grupos en plataformas y redes sociales de internet, por lo que no faltan los estruendos.

Obdulio Delaney Sánchez Mena, director de la Policía Ecológica, aseguró que este tema será tratado a puerta cerrada en el palacio municipal, en conjunto con varios representantes de la seguridad en el puerto.

La prohibición de estos fuegos artificiales sería reforzada con un operativo en las calles de la ciudad, durante la celebración de posadas, novenarios, Navidad y Año Nuevo.

¿HABRÁ SANCIONES?

A diferencia de este año, el último día de noviembre de 2021, las autoridades difundieron la prohibición de la venta de explosivos con sanciones a quienes se les sorprendiera en posesión, uso o venta.

Los riesgos no son ajenos en el puerto, pues el primero de enero del año pasado, dos jovencitos en Chuburná, lanzaron una “palomita” que prendió el techo de paja de un domicilio deshabitado, el cual en cuestión de minutos quedó convertido en cenizas.

Maura García Lezama, profesora y parte de la delegación en Progreso del Albergue Franciscano del Animal Desprotegido (AFAD) con sede en Cholul, apeló a la sensibilidad humana ante el estrés que sufren muchas especies animales, algunos incluso hasta la muerte.

“Un explosivo les produce terror a los animales, recordemos que el oído de varios ejemplares es tres veces más sensible que el del humano, por ello cuando escuchan algún ruido de esta magnitud ellos tienen un estrés altísimo y al no saber cómo sacar esa ansiedad, se pueden morder, rasguñar o simplemente salir de sus hogares para no volver jamás”, dijo la animalista.

 

LEG