Foto: Gabriela Esquivel / Ely llegó en 2012 a San Juan de Aragón, luego de pasar casi toda su vida bajo el yugo de un circo  

Una década de buenos cuidados en el Zoológico de Aragón han permitido que Ely, la elefanta, se mantenga en condiciones óptimas para su edad, luego de una larga vida de sufrimiento en el circo.

Ely, una elefanta africana hembra de aproximadamente 38 años de edad, llegó en agosto del 2012 al Zoológico de San Juan de Aragón, tras haber vivido desde joven en un circo, situación que la acostumbró a vivir rodeada de gente y no de sus compañeros de especie.

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“Aquí en San Juan de Aragón tienen una infraestructura que permite atenderla y es parte de las razones por las que está en un zoológico, que se tiene la infraestructura y la capacidad instalada de atención y las instalaciones adecuadas”, explicó Fernando Gual Sill, director General de Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre de la Ciudad de México, en entrevista con 24 HORAS.

Este paquidermo, que puede llegar a vivir entre los 40 y 50 años, ha desarrollado un vínculo con sus cuidadores, el cual se ha reforzado a lo largo de los años, situación que ha favorecido su estancia en el lugar, permitiendo que se desarrolle bajo los cuidados necesarios que le permitan vivir de manera digna y segura.

Gual Sill refirió que el espacio que alberga a Ely, el cual es siete veces el tamaño que requeriría un elefante, según estándares internacionales, fue adaptado específicamente para ella, por ejemplo, en la zona exterior cuenta con siete texturas diferentes para que no siempre tenga una misma sensación en el piso y, de manera adicional, en la casa de noche cuenta con un piso de neopreno que ningún otro zoológico tiene, pensado en la condición de su pierna derecha, que sufre una desviación de carpos y metacarpos.

Desde su llegada, el estilo de vida de Ely mejoró notablemente, pues además de las instalaciones adecuadas para sus cuidados, ha recibido la atención de médicos veterinarios y cuidadores con mucha experiencia en elefantes, quienes se han dedicado a procurarla todos estos años.

De ser liberada en un ambiente silvestre, este tipo de cuidados no podría ser proporcionado y, sumado a que desde un inicio estuvo acostumbrada a convivir con personas y no con otros ejemplares de su misma especie, pudiera representar una situación contraproducente y derivar hasta en la muerte prematura del animal.
Pese a esto, activistas han pedido en diferentes ocasiones que Ely sea trasladada a algún santuario, lo cual, además de innecesario, podría derivar en una situación negativa para ella.

“Para empezar sugieren un santuario que está en Brasil, a miles de kilómetros de distancia, en donde ha habido muertes de elefantes, entonces habría que considerar con mucho cuidado lo que propone gente que no es especialista en el tema […]. No es necesario, Ely recibe todos los cuidados, la dieta, el cariño de sus cuidadores que la conocen desde hace 10 años y Ely ya los reconoce como parte de su grupo y partes de su rutina diaria”, afirmó el director General de Zoológicos.

En libertad, los elefantes pueden vivir hasta 70 años, mientras que en cautiverio dicha esperanza de vida se reduce a la mitad, de acuerdo con estudios.

 

LEG