Héctor Zagal

Héctor Zagal

(Profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana)

Michel de Nôtre-Dame, mejor conocido como Nostradamus, nació el 14 de diciembre de 1503 en Saint-Remý-de-Provence, Francia. Nostradamus provenía de una familia judía convertida al catolicismo. Estudió en la Universidad de Aviñón, pero tuvo que dejar sus estudios debido a un brote de peste negra. Mientras, trabajó como boticario y, aunque no tuviera aún el título, ejerció como médico. Años después, ingresó en la Universidad Montpellier para doctorarse en medicina, pero su trabajo de boticario, prohibido para los estudiantes, hizo que lo expulsaran. Se casó en 1531 y tuvo dos hijos que lamentablemente murieron durante otro brote de peste. La vida es dura y uno tiene que comer. Así, sin poder trabajar como médico ni estudiar para serlo, Nostradamus comenzó a escribir unas curiosas profecías en 1547. Con los bolsillos más pesados pudo casarse nuevamente en 1550, al inicio de la década que lo inmortalizaría en la historia. Fue entonces que empezó a escribir almanaques.

Los almanaques son registros de eventos astronómicos a lo largo del año. En ellos se encontraban datos como las primeras y últimas apariciones de estrellas, solsticios y predicciones climatológicas –de gran valor para los agricultores. Algunos consideran que un tratado sobre fases de las estrellas y colección de cambios climáticos de Ptolomeo (s. I d.C.), astrónomo de Alejandría, es un antecedente de los almanaques. Estas colecciones de observaciones celestes y predicciones fueron evolucionando de tal manera que empezaron a incluir consejos de higiene y morales. El atractivo de estos almanaques era la posibilidad de predecir algunos eventos tan naturales y regulares como los equinoccios y sus posibles consecuencias. Es decir, lo de arriba, los cuerpos celestes, influye en los asuntos de abajo, cosechas y viajes. Pero ¿por qué detenernos ahí? ¿No tendrán los astros también influencia en cuestiones de salud, de amor, de política?

Ya en la Edad Media se hablaba de cómo haber nacido bajo cierto astro podía influir en nuestra personalidad. Por ejemplo, se creía que aquellos que padecían melancolía estaban bajo el signo de Saturno. Y quienes nacían bajo alguno de los 12 signos zodiacales también tenían una influencia particular del sol, la luna y los planetas que transitaban por la esfera celeste. Este conocimiento, unido a las creencias de influencia de lo celeste en la vida de cada individuo, fue usado por Nostradamus.

Sus escritos se volvieron muy populares por lo que muchos lo buscaban para que predijera su futuro con base en la astrología. Una de sus clientes fue Catalina de Médici (1519-1589), reina consorte de Francia de Enrique II. Parece que los servicios de Nostradamus consistieron en hacer predicciones individuales para los hijos de los reyes.

El nombre de Nostradamus está ligado a las profecías. El libro que contiene sus profecías más famosas fue publicado en 1555 bajo el título de “Centurias” aunque es más conocido como “Las profecías”. En esta obra mezcló varios idiomas, juegos de palabras y posiblemente pasajes de obras de la época, incluida la Biblia. Dicen que para su composición solía sentarse en un trípode de bronce a contemplar un cuenco lleno de agua con aceites y especias hasta lograr vislumbrar el futuro. Vayan ustedes a saber de qué hierbitas se servía el Nostradamus para sus visiones.

¿Conocen alguna de sus predicciones? Muchas de ellas tienen que ver con eventos regulares en la historia de la humanidad: muertes, ascenso y descenso de poderosos, ataques entre naciones. Si a esto le añadimos la críptico de su formulación, es fácil encontrar la manera de que un evento parezca haber sido predicho. ¿Qué de mágico tiene decir que alguien ha nacido morirá algún día? Lo verdaderamente increíble sería la predicción de que alguien va a nacer para no morir nunca. ¿Ustedes qué piensan?

Se dice que la muerte de Enrique II de Francia, el Gran incendio de Londres, la Revolución francesa, el ascenso de Napoleón, el ascenso de Hitler, los ataques a Hiroshima y Nagasaki, el asesinato de J.F. Kennedy y hasta los ataques del 11 de septiembre, ya estaban presentes en sus profecías. ¿Saben cuál fue la última profecía de Nostradamus? Una sobre su propia muerte.

Nostradamus había padecido gota y de artritis durante gran parte de su vida adulta. En sus últimos años padecía hidropesía. A finales de junio de 1566, Nostradamus redactó su testamento. La tarde del 1° de julio, Nostradamus llamó a su secretario y le dijo: “No me encontrarás vivo al amanecer”. A la mañana siguiente, Nostradamus fue encontrado muerto junto a su cama.

Sapere aude! ¡Atrévete a saber!

@hzagal

Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana