Foto: Gabriela Esquivel / Previo al 12 de diciembre, los fieles a la Virgen de Guadalupe acudieron a la Basílica para agradecer lo recibido en el año y cantarle las mañanitas  

Ya fuera en bicicleta, a pie o de rodillas, la llegada de los feligreses no se hace esperar en la Basílica de Guadalupe para celebrar y agradecer a la Virgen por la salud y las bendiciones recibidas en el año.

En el 491 aniversario de la aparición de la Virgen del Tepeyac, sin importar el clima o el largo trayecto, los fieles llegaron al recinto sin más que mochilas, cobijas, provisiones y algunos, hasta con casas de campaña a fin de refugiarse durante la celebración a la morenita.

Entre la multitud pueden apreciarse a personas cargando las grandes estatuillas de la Virgen, pero también cuadros, imágenes y artículos alusivos que los fieles portan orgullosos hacia el recinto, ya fuera solos, acompañados de sus familias o en grupo.

Al tratarse de una fiesta, a la Basílica también arribaron danzantes con coloridos trajes, bailarines regionales y hasta el tradicional mariachi, entre otras agrupaciones que deleitaron a los fieles y con su espectáculo dedicado a la Guadalupana, llenado así el patio de música, danza, alegría y canto en honor a la “madre santísima” de todos los mexicanos.

 

 

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