Foto: Especial / El artista fenómeno del momento, Bad Bunny se encuentra en medio de su World Hottest Tour, el cual es muestra de su gran capacidad de vender y de que es el hito del momento  

Perseguido por la polémica en torno a sus letras, calificadas como soeces o machistas, Bad Bunny se encamina con éxito a sus conciertos en la Ciudad de México, como parte de su World Hottest Tour.

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En varios países sus canciones son tachadas de “cuando menos soeces”, según la actriz puertorriqueña Ángela Meyer; además de que “normalizan las conductas sexuales que no son bien aceptadas por la sociedad”, según analistas musicales.

Ello no ha sido impedimento para vender millones de boletos en minutos, continuar su posicionamiento como el hito del momento y recibir algunos de los premios más importantes de la industria musical como los Grammy o los Billboard, a pesar de quienes no comulga con sus arte. 

“Bad Bunny no puede escapar a la crítica y más allá de que esté bien o esté mal, es importante analizarlo, porque tanto la música que hace él como la que hacen sus iguales evidencian rasgos y necesidades de la sociedad en la que nos desenvolvemos”, dijo en entrevista con 24 HORAS Felipe Gaytán, sociólogo académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.

“Es común escuchar que denigra a la mujer y bueno, hay mujeres que hacen reguetón y las letras evidentemente son diferentes, incluso el feminismo ha acogido al género, se lo ha apropiado y es que proponen que los actos sexuales de los que se habla siempre son con consentimiento, por ejemplo Felices los cuatro, las dos parejas llegan a un acuerdo, no hay traición por parte de nadie”, continuó el sociólogo.

“Pero sí tiene una cualidad de normalizar las conductas sexuales, al hablar todo el tiempo de ello, hubo una privacidad y un pudor que se transgredió y la sexualidad ya forma parte de la vida pública de muchas personas.

“Aquí se abre el debate de si la cultura determina a la sociedad o la sociedad a la cultura, lo cierto es que hay una necesidad de la sociedad por hablar del sexo y el género la llena”, agregó.

Cabe resaltar que en redes sociales algunos usuarios relacionan los conciertos que dará el Conejo Malo el 9 y 10 de diciembre en CDMX con lo sucedido en el Coca Cola Flow Fest, cuando los cantantes Jowell & Randy subieron mujeres del público al escenario a desnudarse, mientras otros aseguran que “Bad Bunny no es así”.

Para el académico, el género ha evolucionado y por ende su público. “Cuando los primeros intérpretes de estos géneros saltaron al estrellato fue un hit porque rompieron con un molde, pusieron el cuerpo y el goce sexual como un tema del cual hablar abiertamente y por ello muchas personas también pasaron de él, pues lo catalogaron de clases bajas, denigrante y lo relacionaron con delincuencia”, continuó Felipe Gaytán.

Sin embargo, hoy las cosas cambiaron, añade el sociólogo pues “hay que entender que como sociedad estamos en constante cambio, los discursos de liberación y aceptación del cuerpo se han alzado, y aquí es en donde entra Bad Bunny, en una segunda generación de exponentes del género que entendieron lo que sucede y ha sabido explotarlo.

“Entonces es que ya vemos a gente de las denominadas clases altas pagar cantidades exageradas por verlo, lo escuchamos en las universidades, lugares a donde llegó de una forma relativamente tardía.

“Aquí lo que tiene Bad Bunny es que con la bandera del dinero pone en tela de juicio la masculinidad y no le da miedo salir ataviado con prendas femeninas. Se ha creado una imagen como de que representa a una generación consciente y que se declara así, lo lleva como estandarte, eso le ha hecho vender y también el aspiracionismo, ya que no es secreto que era una persona de bajos recursos que ahora recorre el mundo por un golpe de suerte en el momento indicado”, sostuvo.

Muestra de ello son las fotos de los boletos de la gira que realizó en México en 2018 en donde los más caros costaron alrededor de mil pesos.

En redes sociales es común leer comentarios que lo defienden y dicen que odiar al género es cosa del pasado.

“Es lo de moda en todos lados va a haber alguien que lo defienda y que lo odie también, lo cierto es que es un género destinado a los jóvenes y muy seguramente en un futuro habrá un cambio en la industria que haga música diferente, que sea así de odiada y amada”, concluyó.

 

 

LEG