FAROLAS
Foto: AFP / "Me encanta el aspecto histórico de este oficio", dice Doy, que se levanta a las 5 todas las mañanas para hacer su trabajo en la turística zona de Covent Garden, en el centro de Londres  

Ante la mirada intrigada de los turistas, Paul Doy sube a su escalera, levanta el globo de una lámpara de gas, da cuerda al temporizador y prende fuego al mecanismo que produce la luz tan típica de estas farolas londinenses, recién salvadas de la desaparición.

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“Me encanta el aspecto histórico de este oficio”, dice Doy, que se levanta a las 5 todas las mañanas para hacer su trabajo en la turística zona de Covent Garden, en el centro de Londres. “Consiste principalmente en dar cuerda a los relojes mecánicos centenarios y ajustar la hora” de encendido, explica este miembro de un equipo de cinco faroleros.

Sin embargo esta tarea de 200 años estuvo a punto de desaparecer por la sustitución de focos eléctricos en el distrito de Westminster donde se pretendía reemplazar las casi 300 farolas de gas que aún existen.

Gracias a una intensa movilización, los amantes del tradicionalismo lograron doblegar parcialmente al ayuntamiento, que finalmente aceptó esta semana conservar 174 de ellas situadas en lugares especialmente “notables”, según anunció la municipalidad.

En el origen de esta campaña, Tim Bryars, propietario de una pequeña librería en Covent Garden, descubrió el proyecto por casualidad hace poco más de un año; “una mañana salí de mi tienda y había dos empleados del ayuntamiento cavando un agujero. Les pregunté qué hacían y me dijeron que no me preocupara, que sólo querían ver si era fácil convertir estas farolas de gas en farolas eléctricas”, afirma.

Las autoridades del distrito justificaban su proyecto preocupados por la seguridad de estos dispositivos y las calles mal iluminadas, su deseo de reducir las emisiones de CO2 y la vejez del material.

“Necesitamos un compromiso político firme para preservar realmente las farolas de gas, no sólo mantener unas pocas hasta que se conviertan en una molestia”, subraya el iniciador de esta movilización para preservar lo que considera “una parte importante de la historia de Londres”.

LEG