1.- El modelo de presidencia unitaria que centra toda la acción del Gobierno en las dos y media horas que dura la conferencia Mañanera y después se paraliza la actividad pública está llevando a la derrota conceptual del debate sobre la participación militar en seguridad pública.

Los efectos del hackeo del grupo Guacamaya todavía no han terminado, pero están dejando solo al Presidente en las trincheras de la defensa de la argumentación de seguridad, sin que ninguna instancia gubernamental, que tiene que ver con las actividades, pueda o quiera involucrarse en la defensa mediática.

Pero a pesar de la apabullada crítica contra el modelo de seguridad, el presidente de la República sigue empeñado en ser la única voz pública frente a la crítica al modelo de participación militar en seguridad.

2.- La noche del miércoles le estalló una bomba al modelo de investigación del caso Ayotzinapa, de manera paradójica por una declaración del subsecretario Alejandro Encinas al New York Times aceptando que las capturas de WhatsApp que fueron base para la incriminación de militares en la noche de iguala del 26 de septiembre de 2014, no fueron verificadas y buena parte de ellas carecen de veracidad pericial.

Lo que se tiene que aclarar primero es si se trató de un error de ingenuidad del subsecretario Encinas o sí fue el inicio del camino hacia su separación del cargo por el desmoronamiento de la nueva verdad histórica que liquidó a la anterior verdad histórica y que tiene encarcelados a dos altas personalidades del poder: el exprocurador Jesús Murillo Karam y al general Rodríguez.

Lo único claro es que la nueva verdad del caso Ayotzinapa tampoco fue la de Encinas y en consecuencia habría que liberar a todos, comenzar de nuevo y explicarle a los furiosos padres de los estudiantes normalistas que no está resuelto el caso.

Zona Zero

El debate sobre la participación militar en actividades de seguridad pública se ha polarizado a tal grado que será imposible destrabar el conflicto sin un giro espectacular que tiene que dar el Gobierno mexicano en materia de doctrinas, reglamentos y leyes vinculadas con la seguridad. Hasta ahora y por la centralización del discurso oficial, el Gobierno federal va perdiendo la batalla mediática, aunque sin conceder la razón a la crítica contra los militares.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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