La última reunión del Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad México-Estados Unidos se convirtió en otro encuentro más para seguir dando vueltas sobre la misma noria: no habrá solución al tema de la producción y exportación de droga mexicana a consumidores estadounidenses en tanto no se tomen decisiones de Estado para combatir a los cárteles del narco en los dos lados de la frontera.

La DEA se ha cansado de insistir desde 2005, que nueve cárteles mexicanos que operan en ambos países trafican la droga, la introducen a territorio estadounidense, la distribuyen en todo el país y la venden al menudeo en las principales ciudades americanas, y las autoridades de México tienen muy claro que no habrá disminución en el efecto nocivo del narcotráfico mientras no se tome la determinación oficial de salir a combatir a las bandas delictivas.

En la reunión de finales de la semana pasada, se dieron los mismos argumentos de crítica y de justificación de ambos gobiernos, sin que se pudiera llegar a determinar decisiones muy concretas que tienen que pasar por el combate frontal contra los cárteles y las bandas asociadas que pululan a su alrededor.

Como siempre ocurre, Estados Unidos se cansa de exigir que México haga algo contra el narcotráfico en el país y las autoridades mexicanas tienen una larga lista de avances colaterales o circunstanciales para explicar que la causa del narco no es la producción y tráfico sino las condiciones sociales de las comunidades que se han convertido en el espacio de dominio criminal para la siembra y procesamiento de las drogas.

La reunión de hace unos días fue, en términos estrictos, protocolaria. Mientras EU no disminuya de manera sensible el tráfico, la venta y el consumo de drogas entre su población, la demanda seguirá determinando la oferta y México seguirá esgrimiendo el argumento de que la culpa es de quien la consume.

Y así…, hasta la próxima reunión

 

Zona Zero

  • Los últimos tiroteos masivos en el país se están localizando en el terreno de la delincuencia común, aunque algunos de los responsables pudieran estar formando parte de algún cártel del narco o de alguna banda organizada. El problema de México sigue siendo el acceso fácil a la compra de armas que se contrabandean de Estados Unidos, pero con reglamentaciones locales que se han aflojado en beneficio de la delincuencia.

 

(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.

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