Foto: Freepik / Economistas estiman que China tendrá problemas para cumplir su meta de crecimiento de 5.5%.  

China debe anunciar el martes, en pleno congreso del Partido Comunista, uno de los crecimientos económicos trimestrales más flojos desde 2020, diezmado por las restricciones antiCovid y la crisis del sector inmobiliario.

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La cifra oficial del tercer trimestre se revelará junto a una serie de indicadores económicos, en un momento en que la cumbre del poder chino estará reunida en Pekín para otorgar un tercer mandato a Xi Jinping al frente del partido y, en consecuencia, del país.

 

Un grupo de 12 expertos estima un crecimiento del PIB de 2.5% anual de la segunda economía mundial entre julio y septiembre. En el trimestre anterior, el crecimiento fue de apenas 0.4% anual, su peor cifra desde 2020, el año en que estalló la pandemia.

 

Economistas estiman que China tendrá problemas para cumplir su objetivo de crecimiento este año “de alrededor del 5.5%”. El FMI revisó nuevamente sus previsiones para el PIB de China este año (3.2%) y el siguiente (4.4%).

 

Analistas pronostican un crecimiento de 3% en 2022, lejos del 8.1% del año anterior. Sería el ritmo de crecimiento más lento en cuatro décadas sin contar el año del Covid-19.

 

“El desafío político es aceptar que la economía ha alcanzado una cierta madurez y que las cifras de crecimiento se quedarán de manera duradera” por debajo del 5% en la próxima década, indicó el analista Clifford Bennett, del gabinete ACY Securities.

 

Covid cero

 

También pesa la política de cero Covid: al contrario del resto de grandes economías, el gigante asiático se aferra a una estricta política sanitaria para frenar la enfermedad con cuarentenas para viajeros, confinamientos y test continuos a la población.

 

Este dispositivo, que provoca a menudo el cierre repentino de empresas y fábricas, penaliza la actividad y los desplazamientos y repercute en el consumo de los hogares.

 

A pesar de estos impactos, “ninguna señal de relajación del cero Covid está a la vista”, advierte el economista Ting Lu del banco Nomura, que incluso constata un endurecimiento.

 

“Aflojar” ante el virus sería “irresponsable”, ha repetido la prensa oficial, sacudiendo las esperanzas de un regreso a corto plazo a la normalidad.

 

En los últimos días, los repuntes de contagios hacen temer un regreso de las restricciones especialmente en Shanghái.

 

Paralelamente, el país atraviesa una crisis sin precedentes en el sector inmobiliario, motor histórico del crecimiento de China. Las medidas adoptadas por Pekín en 2020 contra el excesivo endeudamiento puso en graves dificultades esta industria, que representa un cuarto de la riqueza del país.

 

Tras años de vertiginoso crecimiento, las ventas inmobiliarias caen en las grandes ciudades y muchos promotores luchan por su supervivencia, mientras algunos propietarios rechazan pagar su hipoteca por viviendas todavía no acabadas.

 

A pesar de todos, “numerosos indicadores se enderezaron relativamente bien” después de los confinamientos de la primavera boreal que supusieron un gran golpe a la actividad, matiza el analista Thomas Gatley, del gabinete Gavekal Dragonomics.

Con información de AFP

 

 

 

 

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