Las dirigencias locales del PAN, PRI y PRD en el Estado de México y Coahuila, concretaron una alianza electoral que no se hará oficial en tanto no se definan los candidatos a las respectivas gubernaturas.

Los acuerdos fueron negociados por los dirigentes estatales de ambos partidos y tuvieron el visto bueno de los gobernadores.

Lo que se negocia en estos días, además de los nombres de los candidatos a las gubernaturas, son los términos de los gobiernos de coalición.

El PAN sigue negociando posiciones, pero está claro que los candidatos, en ambos estados, serán del PRI.

En Coahuila, el tricolor tiene amplias posibilidades de mantener la gubernatura, reforzado con el voto panista y lo que queda del perredismo, que será el más beneficiado con esta sociedad.

Igual ocurre con el Estado de México, en donde la alianza es indispensable para enfrentar al aparato de Estado que apoyará sin lugar a duda a Delfina Gómez.

Los acuerdos de los comités estatales serán ratificados por las dirigencias nacionales quienes son los responsables ante el INE de validar la coalición.

Por el momento las negociaciones marchan con fluidez y es cuestión de días para que se presente en sociedad, a pesar de las muchas voces que declararon que la alianza había pasado a mejor vida.

Al final, la decisión del priista Alejandro Moreno de dejar en manos de las dirigencias estatales y los gobernadores las negociaciones permitió que el acuerdo se concretara.

¿Bastará eso para contener a las huestes morenistas?

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A propósito del Estado de México, hasta hace pocas semanas muchos daban por sentado que la preferida del gobernador Alfredo del Mazo en la carrera por la candidatura tricolor a la gubernatura era su secretaria de Desarrollo Social, Alejandra del Moral.

Sin embargo, algo ha ocurrido en los últimos días que los antes muy seguros partidarios de Del Moral comienzan a inquietarse y a no ver tan clara la preferencia del gobernador.

El activismo de la diputada Ana Lilia Herrera Anzaldo no ha pasado desapercibido y poco a poco su imagen ha cobrado mayor protagonismo.

El gobernador está en un dilema, pues ambas podrían dar una buena batalla, pero eso, para los influyentes grupos de poder en el estado, es insuficiente.

Apoyarán a la que les garantice no una buena competencia, sino ganar la gubernatura.

Por lo pronto, el reloj político en la entidad comienza a correr más aprisa.

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Y ya que andamos por territorio mexiquense, existe la duda sobre el papel que jugará Higinio Martínez en la elección.

El senador morenista, de cuyo grupo salieron Delfina Gómez y Horacio Duarte, fue descalificado para ser el candidato a gobernador y luego derrotado en su lucha por ser presidente de la mesa directiva del Senado.

Ninguneado por su propio partido, Martínez tiene la disyuntiva de volcar su grupo a favor de su desagradecida pupila, apoyar a la oposición o simplemente no hacer nada.

Es decir, hacer como que hace, pero sin hacer nada.

¿Cuál será el futuro del senador?

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El gobierno de Zacatecas informó, en un boletín, de los alcances que “el acuerdo’’ entre el gobernador David Monreal había firmado con el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar:

Capacitación policial (a cargo del FBI y la DEA), inteligencia, desarrollo tecnológico, fortalecimiento penitenciario y administración de justicia.

El acuerdo fue negado por Monreal luego del regaño presidencial, pero de que se hizo, se hizo.

Por cierto, el “amigou’’ embajador no ha salido a decir ni pío.

LEG