Los austríacos reeligieron ayer al ecologista Alexander Van der Bellen para el cargo de presidente, según los sondeos a boca de urna, en una apuesta por la estabilidad en un contexto de crisis energética y fuerte inflación en el país.

De 78 años y apoyado por un amplio espectro político, Van der Bellen ganaría desde la primera vuelta con 56,1% de los votos, lejos de los otros seis candidatos.

“Ahora es el momento de mirar hacia adelante y seguir con las difíciles tareas”, comentó Van der Bellen en un mensaje de video publicado en Facebook.

Con una campaña basada en el lema “claridad”, Van der Bellen era el favorito para ganar y asegurarse un segundo mandato. Sus seis contrincantes siempre estuvieron rezagados en las encuestas.

Unas 6.4 millones de personas fueron llamadas a las urnas, dentro de una población total de 9 millones.

En su campaña, el presidente saliente se presentó como “la opción segura en tiempos tormentosos”, ante los efectos de la invasión rusa de Ucrania, que ha impulsado la inflación en toda Europa.

Entre sus rivales estaban Walter Rosenkranz, del Partido de la Libertad (FPÖ), de extrema derecha, y el rockero Dominik Wlazny, fundador del Partido de la Cerveza.

Alexander Van der Bellen garantizó la continuidad del Estado, tras la agitación y los sucesivos cambios de cancilleres.

Realizó además una campaña sobria, abogando por la “claridad” y la “capacidad” de gobierno con miras a “atravesar las turbulencias de la manera más serena posible”.

LEG