Cuando pensamos en ciencia ficción, ¿qué franquicia se nos viene primero a la mente?

Sí, Star Wars, aquel clásico de 1977 adorado por todo mundo, cuya franquicia sigue sacando frutos con secuelas, precuelas y demás. Aquella misión se expandió bajo la batuta de Disney, que le ha dejado a la saga intergaláctica 5 cintas y 5 series originales. Hubo mucha controversia con la nueva trilogía, y aunque mucha gente adora las aventuras de The Mandalorian (me incluyo entre este séquito), esa propuesta se sigue sintiendo algo infantil. La idea de crear un universo expandido es, realmente, expandirlo: no contar el mismo tipo de historias, o que todas se centren en los mismos personajes.

Es ahí donde está la magia de Rogue One, una precuela adentrándonos en un mundo completamente distinto al ya conocido, pero con algunos matices capaces de conservar la esencia Star Wars. Aquí se nos presentan protagonistas grises, en lugar de una lucha entre buenos y malos. También, a pesar de las pistolas láser y los soldados del Imperio, el terreno es mucho más mundano, y las consecuencias, por tanto, más brutales. Es una de esas películas pero cuyo desenlace fue trágico e inevitable, dejándote con ganas de más.

Con Andor, la nueva serie de Disney+, esos anhelos aparentemente se cumplieron. El programa está protagonizado por Diego Luna, quien también ocupó un rol estelar en la cinta de Rogue One, pero veremos sus inicios como un cínico solitario, y cómo se convirtió en uno de los pilares clave para formar la alianza rebelde. Star Wars también debe ser oscuro y maduro, porque refleja la realidad que muchas personas viven ante los sistemas opresores, y cómo el sistema afecta a todas las personas.

En consecuencia, pese a un empaquetado distinto, regresa a las raíces de la franquicia, desde cierto ángulo. Porque una de las razones por las cuales las películas enganchan es ver a seres aparentemente ordinarios lograr hechos extraordinarios. Luke fue un granjero y luego se convirtió en un caballero Jedi. Han Solo era un llanero solitario y se tornó en un soldado rebelde por excelencia.

Indagar en cómo se formó la oposición contra el cruel Imperio, visto desde el lente de gente oprimida, por dentro y por fuera del sistema, va de la mano no solo con el mensaje central de Star Wars. También su tono gris moderniza a la franquicia, develando varios problemas sociales como la corrupción, la desigualdad y la relación de beneficio que puede surgir para satisfacer necesidades vacías.

Así, a la odisea espacial se le aporta más humanidad. Se establecen ingredientes profundos sin perder el mensaje central de esperanza, porque si bien el fin no justifica los medios, tener una sociedad estable requiere sacrificios, sean estos abandonar tu hogar y enfrentar cientos de obstáculos para rescatar a una princesa o traicionar a quien más amas con tal de derrocar a la fuerza oponente.

Los grises, así como los detalles, están de moda. Con AndorStar Wars se adapta a la época sin perder su estandarte.

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