Miguel Ángel Fuentes
Foto: elmafphoto/ "Siempre pienso en cosas que no cubren las expectativas de los clientes pero sí en las mías, así que busco darme el tiempo de poder tener algo para mi archivo personal"  

Por necesidad más que por gusto, Miguel Ángel Fuentes, debió salir de Monterrey en los años 90 con un pesar en los hombros que lo mantendrìa ensimismado y con la vista puesta en el asfalto, no volteaba a ver a la gente a la cara para tratar de evitar conversaciones y quería vivir en su mundo, lo cual, sin imaginarlo, terminaría por convertirse en la decisión que lo guiaría a la más grande pasión de su vida, la fotografía, pues en los diferentes relieves, alcantarillado, basura y texturas de la urbanidad, encontró estética.

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“Creo que si en algo me cambió radicalmente la fotografía es en la forma de ver el mundo, las cosas, los detalles, y tratar de encontrar la belleza estética en donde no todos la ven siempre”, comentó Fuentes en una entrevista para 24 HORAS.

“Descubrí mi gusto por la fotografía hace unos 25 años y decidí que era a lo que me quería dedicar cuando se hizo mi pasión a los pocos meses, mientras estudiaba la carrera de Comunicación en el Distrito Federal y como trabajaba pude hacer de mi casa un estudio, monté mi propio cuarto oscuro y tener la facilidad de revelar yo mismo alentó tanto mis ganas, como la práctica”.

La etapa de formación del fotógrafo no se limitó a ello y tuvo la oportunidad de asistir al Centro Cultural Ignacio Ramírez “El Nigromante” del Instituto Nacional de Bellas Artes, ubicado en San Miguel de Allende, y de igual forma al extinto Centro Cultural Arte Contemporáneo, en donde pudo conseguir el papel de asistente del maestro de fotografía para cursos de Foto de autor en donde reafirmó conocimientos y sumó experiencia.

La consolidación de su estilo llegó también durante estos años en la Ciudad cuando inició la serie que llama La estética del concreto. “Tuve que salir de Monterrey por necesidad más que por gusto, desde luego a mi no me gustó, pero es lo que había, así que ya aquí estaba muy ensimismado, no volteba a ver a la gente a la cara para tratar de evitar conversaciones, solo veía al asfalto y quería vivir en mi mundo, y me encontré con cosas como una alcantarilla irregular, colores en el asfalto negro, en las banquetas grises, misma basura que resaltaba de esos paisajes monocromático, pero también asfaltos partidos, coladeras tapadas, etcétera. En eso encontré que si se le da un buen ángulo, se puede lograr algo estético.

“Una vivencia interesante que tuve fue cuando nació mi hijo y estábamos en Estados Unidos, ese día en el estacionamiento del hospital me di cuenta de muchas cosas mientras estaba pensativo, veía que todo lo perteneciente a los bomberos era rojo, los lugares de los estacionamientos amarillos, por ejemplo, y algunos otros colores para otras cosas, todos convivían en un mismo paisaje gris, y entre la misma serie también tengo contrastes de esos, agregó.

Estos contrastes del asfalto son muy variados pues van desde colores como los mencionados, hasta una basura de McDonalds reposando sobre la acera que recuerdan al arte pop contemporáneo, y en un cuadro explora muy al estilo de Peter Witkin la estética macabra de la muerte, pues se aprecia una paloma muerta en el frío asfalto, lo cual da muestra de la creatividad y versatilidad que tienen los contrastes para este artista del lente.

Miguel Ángel se desenvuelve en el área de fotografía para publicidad y ha participado en producciones de series, sin embargo, siempre encuentra espacio para realizar tiros personales.

“Por lo general pienso en cosas que no cubren las expectativas de los clientes pero sí en las mías, así que busco darme el tiempo de poder tener algo para mi archivo personal, el cual es muy basto, aunque no soy entusiasta de hacerle promoción”, concluyó.

El fotógrafo ha participado en varias exposiciones a lo largo de varios centros en el país.

 

LEG