En medio de olas de violencia en diversos estados del país, de la intención de militarizarlo y la inflación, el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a hacer gala de su malabarismo y obtener un distractor más con ayuda de su comparsa favorito, la Fiscalía General de la República.

El jueves, el subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez, dio a conocer otro informe sobre la investigación de la desaparición de los 43 jóvenes estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa, Guerrero.

El documento confirma que no hay indicios de que los jóvenes se encuentren con vida, pero vincula a autoridades de los tres órdenes de Gobierno con su desaparición; de ahí que, un día después, la Fiscalía General de la República, encabezada por Alejandro Gertz Manero, cumplimentó una orden de aprehensión en contra de quien fuera el procurador general de la República durante la desaparición de los normalistas, Jesús Murillo Karam.

Al también exgobernador de Hidalgo se le acusa de los delitos de desaparición forzada, tortura y obstaculizar la justicia; toda vez que de acuerdo con el informe, hubo 33 funcionarios involucrados que alteraron los hechos y circunstancias de lo que Encinas Rodríguez calificó como un crimen de Estado.

Sin duda el Gobierno de la 4T hace justicia, pero muy selectiva. Así como se actuó en contra de Murillo Karam, las autoridades también tendrían que voltear a ver al fiscal general, Alejandro Gertz, quien ha sido acusado de tortura, asociación delictuosa, abuso de autoridad entre otros delitos.

O cómo dejar pasar el uso de fuerza excesiva y abuso de autoridad del gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García; las aportaciones en efectivo que recibió Pío López Obrador para el movimiento de su hermano; por qué sigue libre Ignacio Ovalle, extitular de Segalmex, pese al desfalco de al menos 950 millones de pesos.

Contrario al castigo la 4T premia a sus delincuentes. Delfina Gómez, será candidata al Estado de México pese a tener una sentencia por delitos electorales, o Jaime Bonilla, quien acusado de peculado sigue gozando de fuero como senador.

Y como una prueba más de la justicia selectiva, está Rosario Robles, quien el viernes salió de prisión, donde estuvo tres años por presentar una supuesta licencia falsa.

Rosario aguantó el encierro “político” con honra y dignidad, a diferencia de su excompañero de Gabinete, Emilio Lozoya, quien ni bien había pisado la cárcel cuando ya estaba acusando a todos, incluido a su jefe, el expresidente Peña Nieto.

No hay duda, los 43 estudiantes, Jesús Murillo y Rosario Robles, tienen mucho en común: todos han sido utilizados mediáticamente para lucrar con su persona y circunstancia, cuando lo importante es conocer la verdad y hacer verdadera justicia.

 

Y en Pregunta Sin Ofensa:

¿Permitirán Enrique Vargas y el PAN echar todo su esfuerzo por la borda para que el PRI encabece la candidatura de la alianza para competir por la gubernatura del Estado de México?

 

  @aguilarkarina