El problema de las pensiones ya alcanzó al empresario más rico del país, Carlos Slim y a una de sus empresas insignia, Teléfonos de México, que podría estallar una huelga a partir de hoy.

Pese a que hace pocas semanas se firmó la revisión del contrato colectivo con el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, que encabeza Francisco Hernández Juárez, quedaron pendientes de resolver dos asuntos relevantes: las aportaciones al Fondo de Jubilaciones y Pensiones (FJP) y el otorgamiento de 1,942 plazas para el sindicato.

Y aunque el asunto de las plazas es importante, porque según el sindicato están trabajando con un déficit de personal, el tema del FJP es el más grave.

El FJP se constituyó a partir de la privatización de la empresa, en 1990, y desde entonces hasta 2010, la empresa realizó las aportaciones convenidas con el sindicato.

A partir de 2011, dejó de hacer dichas aportaciones y en 2018, en el marco de la revisión del contrato colectivo, solicitó formalmente su desaparición.

La empresa argumenta que es incosteable el actual esquema de jubilación y propone, para sustituirlo, hacer aportaciones extraordinarias a las Afores individuales de cada trabajador.

El sindicato se ha negado sistemáticamente, pese a que sí ha hecho algunas concesiones.

La cláusula 149 del contrato colectivo, establece que los trabajadores se jubilen con 140% de su salario, pero el sindicato aceptó incluir una cláusula, la 149 Bis, con la que se estableció una jubilación con el 124 por ciento.

Se extendió el programa de jubilaciones con otro denominado “Permanencia Voluntaria’’ que alargaba el tiempo para jubilarse lo que, según el sindicato, ha permitido a la empresa ahorros de 15,000 millones de pesos.

También se acordó que a los trabajadores de nuevo ingreso se aplicara una jubilación de hasta 114% de su salario.

La historia anterior sirve para explicar que, según el sindicato, el FJP debería tener este año 275 mil millones de pesos y solo tiene 162,000 millones.

Es decir, existe un déficit de 111,000 millones de pesos que la empresa no quiere reconocer.

El sindicato de Telmex es, por mucho, uno de los mejores en el país -si no es que el mejor-, por las prestaciones que garantiza a los trabajadores.

La lucha por conservarlo en esta categoría podría detonar una huelga en la empresa de Slim.

A ver.

****
A las preocupaciones legales -porque México aceptó las condiciones- del Gobierno de Estados Unidos por la política energética nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador respondió con sarcasmo a través de un video.

“Uy, qué miedo’’, es el título de la canción del video.

Quizá el Presidente no está evaluando bien las posibles implicaciones comerciales de la solicitud de consulta hecha por Estados Unidos y a la que se agregó Canadá ayer, en el marco del T-MEC.

Por la tarde, la subsecretaria de Comercio Exterior, Luz María de la Mora dijo que el gobierno mexicano analizaba la queja de los estadounidenses -acusan política discriminatoria en materia energética a favor de Pemex y la CFE- y le darían respuesta.

Instalar el panel de controversias es un proceso largo y quizá las consecuencias de la política energética nacional ya no las padezca el actual Gobierno.

Las padeceremos, sin embargo, si eventualmente se sancionara al país, todos los mexicanos.

Ojalá que los funcionarios mexicanos tengan los argumentos legales suficientes para demostrar que la política energética del país no es discriminatoria ni favorece los monopolios estatales.

Eso, mejor que estar buscando en YouTube otro video de “Chico Che’’.

LEG