“Adiós…

Acabo como todo acaba

rocío en la hierba”

—Kumazawa Banzan

 

En el marco de la Segunda Guerra Mundial, Ruth Benedict, antropóloga norteamericana, escribió El crisantemo y la espada, una aproximación a los complejos patrones de la cultura japonesa —normas, valores, paradojas y misticismo que la caracterizan—. El texto retrata a un pueblo dispuesto a entregarlo todo por la vía armada y, a su vez, asombrado por la belleza de la flor. Desafortunadamente, no hemos comprendido que las espadas no son la ruta para desahogar nuestras disputas.

Shinzo Abe, exprimer ministro de Japón, falleció el pasado viernes a los 67 años, luego de recibir un disparo mientras proclamaba un discurso de campaña al oeste de la ciudad de Nara, en un país donde la posesión de armas de fuego está fuertemente controlada —recordemos que sus índices de suicidios son elevados—. La muerte del líder sexagenario puso en evidencia la oleada de violencia generalizada desatada en todas las latitudes: desde los tiroteos masivos en Estados Unidos hasta las agitadas protestas en Sri Lanka que condujeron al asalto del palacio presidencial.

Abe fue el mandatario con mayor permanencia en el poder. En 2007, concluyó el tramo inicial de su desempeño —cuya duración fue de un año— y fue reelegido en 2012. La sangre política corría por sus venas; su abuelo materno también estuvo al frente del Gobierno de Japón al tiempo que su padre fue ministro de Relaciones Exteriores.

Como parte de su amplia gestión, reformó la burocracia japonesa e implementó un programa denominado Abenomics, a fin de impulsar el crecimiento. Dicho paquete de políticas mejoró sustancialmente los indicadores en materia de producción nacional, industrialización, generación de empleos para mujeres, ingresos fiscales e inversión privada. Pese al envejecimiento de su población, Japón se convirtió en un gigante económico tras dos décadas de deflación y estancamiento. Por otro lado, uno de sus principales aciertos fue el mantenimiento de su alianza con EU, aún cuando Trump se retiró del TPP.

En 2020, el saldo de muertes por casos de Covid-19 impactó en su porcentaje de aprobación. En medio de esta coyuntura, los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 representaban una oportunidad ideal para proyectar la grandeza de Japón ante el resto del mundo; sin embargo, éstos tuvieron que posponerse hasta 2021 derivado de la pandemia. Rebasado por la situación, en septiembre de 2020 renunció al cargo. Este domingo, el Partido Liberal Democrático ganó las elecciones para la Cámara Alta del parlamento nipón a pesar de las reticencias internas.

El tema es Japón y su recomposición en un contexto donde diariamente se viven cuestiones atípicas. Dicho país juega un papel importante de contención en occidente. No obstante, su política nacionalista ha complicado la dinámica en el pacífico y eurasia; ello podría generar vacíos regionales y posiciones geopolíticas. Sin duda, éste será otro de los frentes abiertos para Joe Biden.

¿Será la belleza del crisantemo y no la de la espada otra de las cosas que no hacemos?

 

Consultor y profesor universitario

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