Héctor Zagal

Héctor Zagal

(Profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad Panamericana)

El 5 de julio de 1996, nació Dolly, la oveja más famosa del mundo. Dolly fue el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta. El suceso fue revolucionario, pues se utilizó una célula ya diferenciada o especializada, procedente del tejido de la glándula mamaria de una oveja adulta de seis años, para instalar su núcleo en un óvulo no fecundado y sin núcleo, procedente de otra oveja. Finalmente, una tercera oveja fue la encargada de la gestación del embrión. La clonación se logró gracias a los científicos Ian Wilmut y Keith Campbell del Instituto Roslin de Edimburgo, en Escocia.

Es importante contar los logros, pero también todos los pasos que llevaron a ellos. Dolly fue el único cordero resultante de 277 fusiones de óvulos sin núcleo con los núcleos de células de tejido mamario. ¿Por qué Dolly y no los otros óvulos? Digamos que fue mucho trabajo, mucha investigación, más un golpe de suerte.

Sin embargo, la suerte duró poco. En 2001, a los cinco años, Dolly desarrolló artritis, por lo que tenía dificultades para andar. Terminaría siendo sacrificada en febrero de 2003 debido a una enfermedad pulmonar. Dolly vivió casi siete años. La mayoría de las ovejas suelen vivir entre 10 y 12 años. La necropsia mostró que tenía una forma de cáncer pulmonar llamado Jaagsiekte, enfermedad bastante común entre ovejas. Algunos especularon que Dolly tenía una edad genética de seis años, la misma edad de la oveja de la cual fue clonada, al momento de nacer. Esto implicaría que había llegado al límite de la expectativa de vida para su especie en la mitad del tiempo. Sin embargo, el Instituto Roslin negó que Dolly tuviera alguna anormalidad genética que la llevara a sufrir un envejecimiento prematuro. Sus restos disecados se exhiben en el Museo Nacional de Escocia.

Las posteriores pruebas de ADN demostraron que Dolly era idéntica a la oveja donadora del núcleo celular y no estaba relacionada con la madre subrogada. Aunque el material genético de Dolly y la oveja donadora sea idéntico, es claro que son dos individuos. ¿Qué nos dice el ADN? No soy un experto en genética, sin embargo, me intrigan los resultados de la ciencia. Si hay identidad genética, pero dos individuos, ¿qué los distingue?, ¿qué los vuelve únicos? La ocupación de un espacio y tiempo distinto debe influir en algo, ¿no? Incluso los gemelos idénticos –conocidos como univitelinos en el ámbito médico– son diferentes. Su individualidad va más allá de la expresión de los genes: mismos ojos, mismo cabello, mismo sexo. ¿Han visto parejas de gemelos? Hay algo, un destello, un gesto, una manera de pronunciar las palabras, que lo vuelve totalmente distinto del otro. Dolly era otra oveja, una oveja única, aunque fuera un clon de otra.

¿Saben de dónde viene la palabra ‘clon’? Viene del griego antiguo y significa ramita. Con todo y Dolly, la clonación se encuentra en los límites de la ficción científica y la ciencia. Explorar hasta dónde puede llevarnos la clonación es la premisa de varias películas. Entonces, ¿cómo es posible que la palabra clon signifique algo tan común como ‘ramita’? Bueno, es que la idea de la clonación surgió en un ambiente menos hollywoodense: la agricultura. En 1903, el agricultor estadounidense Herbet J. Webber propuso la palabra ‘clon’ para referirse a la propagación asexual de plantas por medio de esquejes. La palabra fue bien aceptada por sus colegas botánicos y no pasó mucho tiempo para que su uso se extendiera al estudio de los animales. En 1912, George Harrison Shull, un genetista botánico sugirió usar la palabra ‘clon’ para hablar de “todo grupo de organismos que tengan un carácter genotípico idéntico (misma información genética) y que surjan por cualquier clase de reproducción asexual” (sic). Unos años después, Aldous Huxley describiría en su novela “Un mundo feliz” (1932) la reproducción de sirvientes a partir de la división in vitro de embriones para crear copias idénticas. ¿Cómo ven? Humanos producidos como productos de fábrica.

Sapere aude! ¡Atrévete a saber!

@hzagal

Profesor de la Facultad de Filosofía en la Universidad Panamericana