Marruecos y España incurrieron este fin de semana en un “uso excesivo de la fuerza” contra un grupo de migrantes en la frontera de Melilla, lo que provocó “la muerte de decenas de seres humanos, solicitantes de asilo y migrantes”, declaró el martes el portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric.

La tragedia “es inaceptable” y “debe ser investigada”, añadió Dujarric, quien precisó que los excesos se produjeron “a ambos lados de la frontera”.

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“Quedamos muy conmocionados por las imágenes de violencia vista en la frontera entre Marruecos y España, en el norte de África, este fin de semana y que se saldó con la muerte de decenas de seres humanos, solicitantes de asilo, migrantes”, dijo.

“Las personas que se desplazan tienen derechos y esos deben ser respetados, y con demasiada frecuencia vemos que se les falta el respeto. Lo hemos visto en ambos lados de la frontera”, agregó Dujarric.

Horas antes, una portavoz de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, había pedido en Ginebra la apertura de una investigación independiente tras el sangriento intento masivo de ingresar al enclave español de Melilla, en territorio marroquí.

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Al menos 23 migrantes murieron y 140 policías resultaron heridos, según las autoridades locales marroquíes, después de que unas 2.000 personas intentaran atravesar la enorme valla que divide la frontera.

La Fiscalía española anunció este martes una pesquisa.

A pedido de Kenia, el Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto celebrar una reunión a puerta cerrada el miércoles sobre los acontecimientos.

LDAV