El mensaje fue dado desde días antes: el dos de junio los transportistas de la FAT (Fuerza Amplia de Transportistas) obtendrían respuestas a sus exigencias o la ciudad sería paralizada.
El gobierno de la ciudad advirtió que no cedería y el día pactado, desde las siete de la mañana, ya todos se mantenían a la expectativa.
Te podría interesar: Roban equipo al fotógrafo mexicano que retrató a doctores al inicio de la pandemia
Al norte en Indios Verdes, Martín Carrera y San Juan de Aragón; al oriente en Constitución de 1917 y Zaragoza; al sur por Xochimilco o Tlalpan y al poniente en Observatorio. Todas las entradas de la ciudad quedarían selladas.
El bloqueo mañanero, como le comenzaron a nombrar, alentó el tráfico y se apropió de la mayoría de los foros citadinos. No obstante, se anunció, una fuerza de mil 556 elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) sería desplegada para evitar que la situación se saliera de control.
756 oficiales de tránsito y 800 de la policía metropolitana con equipo de protección, los antimotines, fueron puestos en servicio. Las noticias corrieron rápidamente, el cuerpo de la SSC replegó a los manifestantes y el tráfico en el interior de la capital no fue el caos que se esperaba.
Te podría interesar: Video: Bloqueo de transportistas desata riña en Indios Verdes
A medio día los manifestantes alcanzaron el Zócalo. “Tarifas dignas” coreaban entre todos, pero su eco no encontró respuesta. “Tenemos un plan y si no nos responden, volveremos” se escuchaba comentar a algunos asistentes. “Pero no vamos a decir cuándo -decía Saúl- porque en algunos puntos ya nos estaban esperando los granaderos que sí nos reprimieron y sí nos golpearon, por eso tratamos de tenerlo en la secrecía”.
Así, aunque no obtuvieron las respuestas que esperaban, los miembros de la FAT comenzaron a retirarse con la certeza de al menos haberse dado a escuchar por la población, en tanto, de fondo les advertían desde las bocinas sus voceros que una guerra no se gana en una sola batalla.
OH