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Foto: Cuartoscuro / La oferta para cubrir la demanda de granos y oleaginosas es de 52%  

La estrategia impulsada desde la producción para estabilizar precios enfrentaría desafíos para aumentar el cultivo de granos básicos y ampliar la entrega de fertilizantes, pues México es un gran dependiente de las importaciones de dichos alimentos y del insumo para el campo.

Aunado a lo anterior, en el plan presentado el Gobierno se establece el fortalecimiento de la producción de granos básicos a través de los programas sociales “Sembrando Vida”, “Producción para el Bienestar” y “Fertilizantes para el Bienestar”, sin embargo, están dirigidos a pequeños productores, que si bien ayudarán a los trabajadores del campo para su autoconsumo, no tendrían mayor incidencia en el mercado de abasto para la población en general.

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“Creo que una política pública solamente orientada a pequeños es insuficiente en virtud de que mucho de lo que producen es para autoconsumo propio, pero el tema no es que tenga el productor su propio autoconsumo, sino qué vamos a hacer con toda la demanda nacional de la tortilla, del sector pecuario, del sector industrial”, expuso el director del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), Juan Carlos Anaya.

“Yo estoy de acuerdo de darle más apoyo a los pequeños productores, pero no hay que olvidar de apoyar al mediano y al gran productor porque los costos de los fertilizantes se han incrementado”, agregó.

Consideró que quedó pendiente incentivar a todos los productores porque todos suman para aumentar la oferta de granos básicos, y con ello disminuir las importaciones.

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Datos del GCMA muestran que México es un país deficitario en granos y oleaginosas. De los 78 millones de toneladas que demanda la población para su consumo, únicamente se producen 40 millones. Es decir, la oferta nacional para cubrir las necesidades alimentarias de granos y oleaginosas es de 52%, y para completar el resto del requerimiento se recurre a grandes niveles de importación.

En 2021, las importaciones de granos y oleaginosas registraron un récord de 38.7 millones de toneladas, equivalente a 10.8% más que en 2020.

La estrategia del Gobierno plantea que se enfocará en tres granos: maíz, frijol y arroz. No obstante, actualmente en dos de los tres hay déficit para producirlos.

“En el caso del maíz, vemos que en este año la producción andará en 27.2 millones y la demanda es de 45 millones, lo que va a hacer que tengamos que importar un récord de 18.3 millones de toneladas”, adelantó Anaya.

En el caso del frijol, se trata de una semilla en la que México es casi autosuficiente, cercano a cubrir más del 90% de la demanda alimentaria. Pero en el caso del arroz, el panorama se muestra adverso, ya que, pese haber aumentado 5% la producción, México importa cerca del 80% del cereal, pues en el país únicamente se producen 250 mil toneladas.

Aunado al panorama deficitario en la producción de granos básicos, se suma el alza de 163% en los precios de los fertilizantes, y que el país sólo produce el 38% del insumo que se requiere para alimentar el campo mexicano, siendo Rusia su principal importador. En ese sentido, México se estaría enfrentando a otro desafío para llevar a cabo su estrategia antiinflacionaria.

 

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