El presidente centrista Emmanuel Macron y su rival en la elección presidencial, la ultraderechista Marine Le Pen, buscan este miércoles en su único debate convencer a millones de franceses abstencionistas y atraer a los electores de izquierda, a cuatro días de la segunda vuelta entre ambos, el domingo.

La elección presidencial en Francia repite el duelo final de 2017, pero el país no es el mismo. Entre tanto, una pandemia confinó a millones de personas y la guerra en Ucrania resucitó la preocupación por la pérdida de poder adquisitivo de los franceses.

“Desde hace cinco años, he visto sufrir al pueblo de Francia (…), preocuparse por el futuro y dudar. Otra elección es posible”, dijo Le Pen al inicio del debate, presentándose como la presidenta de la “libertad”, del “poder adquisitivo” y de la “fraternidad nacional”.

Por si no lo viste: Justicia británica emite orden de extradición de Julian Assange a EU

Macron subrayó por su parte el “período difícil” que Francia atravesó durante su mandato y expresó su deseo de continuar al frente del país para lograr que Francia sea “más fuerte e independiente”, para “mejorar la vida cotidiana” y avanzar en la transición ecológica.

Ambos discutieron también sobre su respectiva cercanía con el presidente ruso, Vladímir Putin, el personaje con el que nadie de la Europa Occidental quiere verse relacionado hoy en día.

Aunque Macron aventaja en 12 puntos a Le Pen, según el último barómetro de Ipsos/Sopra Steria, sólo un 69% de los inscritos dice estar seguro de ir a votar, entre ellos unos 6 de cada 10 electores del izquierdista Jean-Luc Mélenchon.

“Hay un tercio del electorado que se siente huérfano, que son los votantes de Jean-Luc Mélenchon y de la izquierda en general, que de hecho se oponen tanto a Emmanuel Macron como a Marine Le Pen”, indicó Emmanuel Rivière, politólogo de Kantar, en la radio RFI.

Por si no lo viste:  Apuntala Biden control migratorio

La candidata de Agrupación Nacional (RN), de 53 años, busca romper la tendencia favorable de su rival de La República en Marcha (LREM), de 44 años, quien agita, como en 2017 –cuando ya derrotó a Le Pen–, el miedo de la llegada de la extrema derecha al poder.

Según el barómetro de Ipsos/Sopra Steria, alrededor de la mitad de los franceses estiman que ambos candidatos son “demasiado autoritarios”. Le Pen está considerada como la que mejor comprende los problemas de la gente y Macron, como aquel con mejor imagen internacional.

El domingo en la noche se conocerá el nombre de quién presidirá Francia durante los próximos cinco años y empezará la campaña de las legislativas de junio que definirán con qué mayoría parlamentaria gobernará, algo incierto en un tablero político en recomposición.