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Foto: Cuartoscuro / archivo / César López, un taquero que trabaja en un local en la colonia Santa María la Ribera, dice que aunque ajustó los gastos, ha tenido que subir los precios  

La guerra en Ucrania ya se siente en México a la hora de echar taco, pues el conflicto ha presionado aún más a la tortilla, cuyo precio por kilo alcanza hasta los 24 pesos en la región norte del país.

Dada la alta volatilidad que ha mostrado el precio internacional del maíz por el conflicto en Europa, el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) estima que en las próximas semanas se registre un aumento de entre cuatro y siete pesos por kilo, dependiendo de la zona del país.

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El encarecimiento de la tortilla, que en el centro del país era de 20 pesos por kilo hasta el jueves, ya se registraba desde antes de la tensión geopolítica en Europa del Este, por lo que la invasión rusa es un detonador adicional.

La señora Magaly se queja del alza de los precios de los alimentos, y en el caso particular de la tortilla dice que se trata de un “abuso”, pues en menos de un año aumentó hasta en cinco pesos. Dice que de cumplirse las estimaciones de GCMA, “sería casi un lujo” para las familias complementar su alimentación con tortilla.

“Son alimentos de consumo diario. Bien saben que sí o sí los necesitamos, pero también hay que tener consideración con los clientes. No me imagino una comida sin tortillas”, comenta.

Hace un año el precio promedio nacional del kilo de tortilla estaba en 16.06 pesos, pero al día de hoy se ubica en 19.93 pesos, un aumento de 24.09%, de acuerdo con el Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados.

Los constantes aumentos en los precios de las tortillas también repercuten en los tortilleros, quienes reportan menos ventas y ven además en las tiendas de autoservicio una amenaza adicional, pues comercializan el producto hasta siete pesos más barato.

Julia, trabajadora en una tortillería, argumenta que el sector se ve obligado a trasladar el alza del maíz a los precios finales.

“No es por cuestiones que los comerciantes determinemos, sino es por los mayores precios de las materias primas y que nos suben la renta de los locales”, sostiene.

El director general del GCMA, Juan Carlos Anaya Castellanos, explica que el aumento en el precio internacional del maíz y de los fertilizantes, así como la sequía que atraviesa México, son factores que causarán el encarecimiento de la tortilla para las próximas semanas, impactando también en los costos de producción para el sector pecuario, ya que el grano se usa para alimento del ganado.

Señala que para la primera semana de abril ya se tienen estimaciones de un aumento de 200 pesos en el precio de la tonelada de maíz blanco –que se destina para el consumo humano– y de grano amarillo –empleado para la alimentación animal y la industria–.

En el tema de los fertilizantes, Anaya Castellanos apunta que afectará por el lado de la producción, del rendimiento del campo. Y es que, aunado al aumento interanual de 153% en el precio de dicho insumo, se suma la poca disponibilidad de fertilizantes ante el cierre de los mercados de exportación de China y Rusia, que figuran como los principales productores y proveedores mundiales.

A la producción nacional del maíz –que no logra cubrir la demanda de consumo, por lo que tiene que recurrir a grandes importaciones del grano–, se le añade la sequía que se está presentando en el país.

En Sinaloa, que se posiciona como el principal productor de maíz, el 44% de sus municipios mostraron algún grado inicial de sequía durante la primera quincena de marzo, de acuerdo con datos de Conagua.

Infografía: Juan Ángel Espinosa

“No gusta, pero se debe mantener el negocio”

César López, un taquero que trabaja en un local en la colonia Santa María la Ribera, dice que aunque ajustó los gastos, ha tenido que subir los precios.

“Desde la pandemia todo lo compro más caro y con lo que ganaba antes no me podía sostener. No me gusta subir precios, me pongo en el lugar de la gente y sé que duele, pero si no, mi negocio se perderá”, comparte.

“Elevamos precios, pero duele perder clientes”

Jorge Meza, propietario de un puesto ambulante ubicado sobre Avenida Revolución, dice que frente al alza de la tortilla se ha visto en la necesidad de subir los precios de sus tacos, entre cinco y 10 pesos.

“He tenido clientes que vienen desde hace tiempo y notaron que subí los precios, ya no los he vuelto a ver. Sí frustra que pase eso porque pierdes gente y sobre todo dinero”, dice.

“Clientes se quejan, pero no es nuestra culpa”

Un pequeño negocio de tacos en el Centro de la Ciudad de México ha tenido que ajustar sus precios pese a la inconformidad de los consumidores.

“Hay clientes que llegan a quejarse de que está muy caro, aunque no es nuestra culpa. Hemos buscado dónde nos puede salir más barato, pero hasta resulta peor, porque la tortilla en ocasiones nos la dan más cara”, expresa el empleado Omar Castillo.

LEG