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Foto: Gibran Villarreal / Desde hace 15 años, en este espacio se atiende a mininos que fueron abandonados. La alimentación y ciudados es gracias a donativos, y a la venta de comida y diversos artículos.  

En el albergue para mininos y café 31 Gatitos, Kimi, al igual que otros inquilinos, ingresó gracias a la ayuda de un grupo de vecinos que reportó haberla visto en su edificio maullando de hambre.

Sin embargo, durante su estancia en el hogar felino, la gatita tuvo convulsiones que inquietaron a Ghis García e Iván Muñoz, encargados de este espacio desde hace 15 años, quienes de inmediato la llevaron al veterinario para que le hiciera un encefalograma y pruebas de sangre.

Toda la alimentación de Kimi y de los demás felinos bajo el cuidado de este albergue proviene de donativos, la venta de comida y artículos en el café, al igual que de dinámicas como la rifa de tatuajes.

Ghis e Iván explican que en este hogar gatuno se impulsa no sólo campañas de esterilización y adopción, sino también el comercio local con artistas que realizan tazas, juguetes para tu mascota, peluches, transportadoras, playeras y pinturas.

Además, 31 Gatitos -ubicado en la colonia San Pedro de los Pinos, en la alcaldía B. Juárez– ofrece un enriquecedor menú y un ambiente exclusivo para los amantes de los misifús.

No obstante, los propietarios lamentan que hay personas que no reconocen el gran esfuerzo realizado, pues suelen dejar “bichitos” en las puertas del albergue, alegando que el refugio tiene la obligación de atenderlos.

“Nos ha tocado que dejan gatitos fracturados en la puerta. Amamos nuestra labor, pero la gente abusa”, cuenta Ghis y agrega: “Somos un refugio, pero cada ingreso, cada gato, nos cuesta aproximadamente más de cuatro mil pesos. Muchas veces vienen de la calle con enfermedades. Entonces tenemos que hacer estudios, consultas veterinarias, tratamientos, y ya que descartamos que el animalito tiene Sida, leucemia, pulgas o parásitos, ya ingresa aquí en el café o convive en el refugio”.

El lugar también es punto de encuentro para la gente que ama a los felinos. “Las personas están en diferentes mesas y cuando ves, ya están platicando. Que mi gato hace esto, mi gato hace lo otro y se pasan tips. A nosotros también nos preguntan tips; ha sido una experiencia muy padre y sobre todo transmitir ese conocimiento”, explica Ghis.
LEG