Desde que Rusia invadió Ucrania cientos de empresas han anunciado su salida del país esto como apoyo al pueblo ucraniano, desde compañías dedicadas al entretenimiento hasta proveedores de energía han decidido dejar Rusia de forma temporal.

Según se informó el 28 de febrero por la Universidad de Yale (UY) de New Haven, un análisis hecho por Jeffrey Sonnenfeld y su equipo de investigación en el Instituto de Liderazgo Ejecutivo de Yale, arrojaron que ya son más de 300 las firmas que decidieron poner un punto final, suspender o restringir al máximo sus negocios en aquel país.

Apenas el pasado 8 de marzo, las compañías estadounidenses Coca-Cola, Pepsi, McDonald’s y Starbucks anunciaron la suspensión de sus operaciones en Rusia. Anunciando lo siguiente “Nuestros corazones están con las personas que están enfrentando los efectos inconcebibles de estos trágicos eventos en Ucrania”, expresó Coca-Cola en un comunicado.

“Continuaremos monitoreando y evaluando la situación, a medida que evolucionen las circunstancias”, añadió.

Tras ello, el presidente Vladímir Putin ha amenazado este jueves con congelar los activos de las compañías internacionales que han suspendido sus actividades en Rusia tras la invasión de Ucrania.

Además, el Ministerio de Economía prepara una serie de medidas para persuadir a las empresas de que retomen sus operaciones o se enfrenten, incluso, a posibles nacionalizaciones.

Timofey Bordachev, un destacado analista político, escribió que el nuevo “Telón de Acero que ahora desciende entre Occidente y Rusia” ofrecía al país “una oportunidad absolutamente fantástica para comenzar una vida más significativa e independiente”.

Durante la reunión que tuvo el pasado 10 de marzo por videoconferencia con miembros del Gobierno ruso, Putin ha dicho: “respecto a las empresas que planean cerrar sus plantas de producción, debemos actuar de forma firme”, “De ninguna forma podemos tolerar que se ocasionen perjuicios a los proveedores rusos”, y añadió para enfatizar: “Si es necesario, llevaremos gestores externos y transferiremos esas empresas a los que realmente quieren trabajar”. El presidente ruso considera que hay “suficientes instrumentos legales y de mercado para ello”, y que no hace falta recurrir a “acciones arbitrarias”.

Con esto, el Ministerio de Economía ha esbozado nuevas políticas para tomar el control temporal de las empresas que se marchen cuando la propiedad extranjera supere el 25%, esto para persuadir a esas compañías a que retomen sus actividades o, de lo contrario, podrían quedar expuestas a posibles nacionalizaciones.

De acuerdo con las normas vigentes del Ministerio de Economía, un juzgado puede atender las peticiones de miembros del consejo de dirección de las empresas o de otros interesados para pedir que se envíen gestores externos para llevar el día a día de las mismas. Después, se pueden congelar las acciones de las compañías participadas por capital extranjero como parte de los esfuerzos del Kremlin de mantener la propiedad y el empleo. Los propietarios dispondrán de cinco días para reanudar la actividad o evaluar otras opciones como, por ejemplo, vender su participación.

Aún no se conocen más detalles de la iniciativa rusa, sin embargo, enfatizó el presidente Vladimir Putin que esas sanciones habrían sido impuestas igualmente, independientemente de la guerra en Ucrania. Pues el ministro de Finanzas, Anton Siluanov, dijo que Rusia había tomado medidas para limitar la salida de capitales y que el país pagaría su deuda externa en rublos, no en dólares.

 

PL