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Foto: Gabriela Esquivel / Guadalupe, Alejandra, Arely… purgan hasta 40 años de prisión y para sostenerse tejen muñecos: osos, elefantes, patitos y diversas colecciones, como la muñeca Violeta, por el Día Internacional de Mujer  

Al interior de la Penitenciaría Femenil Neza Sur en Nezahualcóyotl, la mayoría de las internas purga sentencias de entre diez y 40 años de prisión.

Algunas internas han decidido tomar un taller de tejido y elaborar muñecos con los cuales reciben una ganancia a través de un vale, mismo que les sirve para sobrevivir al interior del reclusorio o mandar dinero a su familia.

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Las tejedoras, quienes accedieron a dar su testimonio a este diario, en el marco del Día Internacional de la Mujer -conocido como 8M– bajaron de sus celdas acompañadas de una mujer del área administrativa y se reunieron en el comedor.

De entre 27 y 45 años, explican que ellas solo las tejen, que en otros penales hacen la ropa y que Violeta lleva un paliacate morado en el cuello y un pantalón de mezclilla como símbolo de la lucha feminista.

Este programa es parte de La Cana, un proyecto social que busca crear oportunidades de trabajo para mujeres en prisión con la finalidad de mejorar su calidad de vida y lograr su reinserción en la sociedad.

AÑOS EN SOLEDAD

Con su tejido entre las manos, Arely, quien cumple una sentencia de 31 años y seis meses por el delito de secuestro -de los cuales ha cumplido nueve años y cuatro meses-.

Dice que lleva años sin recibir visitas porque su mamá vive muy lejos, y niega responsabilidad en los hechos.

“Es difícil olvidar la situación porque volteas para un lado y para el otro(…) la vida de la noche a la mañana cambia radicalmente a veces digo es un sueño, pero ya tardó mucho”.

Transcurridos los 15 minutos que nos dieron a las tejedoras y a este diario, las autoridades penitenciarias permitieron el acceso al patio para mostrarnos los muñecos que elaboran: osos, elefantes, patitos y diversas colecciones.

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Alejandra, quien omite decir de qué se le acusa, refiere que le dieron una sentencia de diez años ocho meses y admite que no recibe visitas.

“Llevo seis años y sigo esperando mi libertad anticipada(…) llegué a reclusión porque cometí un delito, estoy consciente que lo hice, y aprendí a valorar a la familia y a mi hijo, las amistades no te llevan a nada bueno. Es muy difícil estar aquí”.

La violencia también la padecen internas

“Estamos en un mes que recordamos la violencia de género que vivimos en nuestro país y las mujeres en prisión también lo padecen”, dijo Wendy Balcázar, directora de Políticas Públicas de La Cana.

Comentó que hay muchas internas que antes de ingresar fueron víctimas de violencia física, emocional, económica y quizá, si desde pequeñas las hubieran empoderado, no estarían en prisión.

La mayoría son abandonadas por su familia y vivimos en una sociedad donde son mucho más castigadas, dijo Balcázar.

En los últimos años han cambiado los delitos por los cuales las mujeres están en prisión, antes eran ilícitos patrimoniales, robo, ahora es secuestro y extorsión, entre otros.
LEG