tad añil
Foto: Cuartoscuro / Un tramo de la calle Añil permance cerrada desde 2019 cuando se presentó una explosión por una toma de huachicol y vecinos fueron desalojados  

La exposición constante y prolongada al olor a la gasolina provoca afectaciones al sistema nervioso central, al corazón y a los pulmones ocasionando afectaciones a corto, mediano y largo plazo, coincidieron expertos consultado por 24 HORAS.

En las inmediaciones de la Terminal de Almacenamiento y Reparto (TAR) Añil de Pemex, vecinos reportaron que el hedor permea la zona desde que en 2019 se detectó una toma de huachicol -por la cual los vecinos fueron desalojados y ahora un tramo de la calle Añil permanece cerrado-; lo que fue constatado en recorridos realizados por este diario.

“Ese tramo ya lleva cerrado años, ya casi nadie pasa por ahí por el olor a gasolina, está fuerte y quien no sepa y vaya fumando va a prender todo. O sea, hasta eso tienes que tener cuidado”, comentó un habitante del lugar.

TE PUEDE INTERESAR:     Inician trabajos para construcción de Política Nacional de Datos Abiertos

Al respecto, Bruno David Reyes, maestro en Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo de la UNAM, señaló que la exposición a esos olores puede alterar al sistema nervioso central, provocar cambios de humor, déficit de atención, estornudos e irritación del tejido pulmonar, tos crónica y neumonía.

“Afectan el tejido pulmonar, la gasolina desplaza al oxígeno de los pulmones y las personas tendrán dificultad para respirar: (también) es una sustancia que puede generar cáncer de pulmón, una enfermedad a largo plazo”, detalló.

En tanto, Jessica González, especialista de la Universidad La Salle, señaló que el contacto con ese olor puede provocar mareos, visión borrosa dermatitis, irritación en la piel o resequedad.

“Al estar sensible puede entrar un microorganismo oportunista y provocar que haya una infección en la piel; otros de los efectos son irritación en la nariz, garganta, ojos”, explicó.
Ambos coincidieron en que para evitar afectaciones los afectados deberían portar cubrebocas para evitar problemas de salud a largo plazo.

MONITOREO CONSTANTE

La TAR de Añil se ubica en la alcaldía Iztacalco, cuyo alcalde, Armando Quintero, manifestó que se mantiene un monitoreo semanal sobre la explosividad de la calle y como medida preventiva, se negó la autorización para que entre maquinaria a excavar, rellenar y pavimentar.

“La parte peligrosa es la de la excavación. (…) pasó al tercer día de que se descubrió que había huachicoleo ahí, al estar escarbando para ver cómo estaba el tema, con un pico se generó una explosión y tuvimos dos heridos. Entonces, los niveles de explosividad no han desaparecido.

“Yo estoy en constante comunicación cada semana con la secretaría de Protección Civil de la ciudad quién negocia con Pemex, no somos nosotros directamente”, expresó en una entrevista con 24 HORAS.

Quintero destacó que el TAR de Añil es un centro neurálgico en la operación de la capital.

“No es un centro de almacenaje cualquiera, es el centro de almacenaje y distribución Regional del centro de México le surte una parte al Estado de México de Hidalgo de Puebla de Morelos y toda la ciudad de México”, concluyó.

Este diario publicó en su edición del 2 de febrero pasado que vecinos, estudiantes y trabajadores de la alcaldía ubicada en la Ciudad de México, viven temerosos por el olor a gas, gasolina y diésel que sale de la TAR Añil de Pemex, donde hace tres meses incorporaron una planta de Gas Bienestar.

 

LEG