la reina de sara
Foto: Especial / La reina de Sara, ganadora del premio gran Angular 2021 de Carlos González Muñiz nos entreteje con maestría la cartografía, las intrigas políticas, la guerra, los autómatas y la magia en las tierras de Circa  

Esta novela del también guionista, es una muestra de la vitalidad que experimenta la creación literaria de ciencia ficción en México. La reina de Sara, ganadora del premio gran Angular 2021 de Carlos González Muñiz nos entreteje con maestría la cartografía, las intrigas políticas, la guerra, los autómatas y la magia en las tierras de Circa, un continente imaginario fantástico.

“Esta es una novela de fantasía que ganó el premio al que aspiramos todos los escritores que tenemos una obra dirigida al público juvenil o que tratamos también con el género fantástico, con la ciencia ficción, que no tienen siempre cabida en otras líneas editoriales”, dijo en entrevista Carlos González Muñiz a 24 HORAS.

La avaricia de los políticos de Circa lleva al continente a una serie de conflictos que desembocan en una guerra que sólo podrá ser conjurada cuando los protagonistas se unan a los autómatas para restaurar un equilibrio de poder en el continente y restablecer los movimientos naturales de sus regiones.

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“Mi primer objetivo era escribir una novela de tipo fantástico, de fantasía pura o alta fantasía como se les llama a obras como las historias de Terramar o El señor de los anillos, capaces de crear mundos fabulosos con sus propias reglas y leyes, en donde ocurre una historia que no fuera ajena al público latinoamericano porque esa tradición de la novela fantástica es muy europea, del norte de Europa y ahora de Estados Unidos, pero en mi caso decidí que fuera enmarcada en problemas latinoamericanos”, añade el también guionista.

LA LECTURA, EXPERIENCIA ÚNICA

Al ser cuestionado si como guionista le gustaría que el premio Gran Angular 2021 se convierta en una película, aseveró que es algo que muchos escritores buscan con sus otras y sobre todo en una época como ésta en la que las audiencias están concentradas en lo audiovisual.

“La novela en sí misma ofrece un mundo cerrado y una experiencia literaria completa, pero también por su construcción, porque está basada en la aventura, en la acción, en la intriga, en los problemas de cuatro personajes, podría muy bien trasladarse a un formato de la pantalla.

“No es mi intención, no pensaba en eso cuando escribí el libro, pero parece que sí, hay obras que se prestan a ese traslado, el caso de El señor de los anillos. Y si esto pasara con La reina de Sara sería increíble pues no es algo que pase muy frecuentemente con la literatura mexicana, así que por lo pronto hay que valorarla como lo que es, una experiencia de lectura”.

Como autor, a veces parece una labor que pierde el sentido como lo dijo Gabriel Zaid hace muchos años, que hay muchos más libros que lectores, que hay más escritores que lectores cuando en realidad tendría que ser al revés.

“Como escritores tenemos la sensación de que no escribimos para nadie, pero no hay que dejarse llevar por es idea generalizada, creo que los niños y los jóvenes son el ejemplo de eso que se ve en las ferias de libros, en los foros de internet, en los booktubers, que hay una necesidad lectora que no siempre logramos llenar los escritores al elegir los temas, las editoriales al no poder llegar a las librerías, el número de librerías disponibles, es un sistema completo que no siempre no han estado a la altura de las circunstancias que no siempre han logrado generar una cultura lectora, pero al mismo tiempo la aventura de leer no termina y trabajamos para esos pocos lectores que surgen aquí y allá todo el tiempo.

“No es algo que se agote, pero sí es una época difícil, la competencia de los medios audiovisuales es dura, se están yendo lectores casuales, gente que leía algunos libros al año desde que existen las plataformas de streaming, pero no hay que dejar de intentarlo porque la experiencia de la lectura es única, no se puede sustituir con ninguna otra”, finalizó Carlos González Muñiz.

El apartado gráfico de la novela como la portada y los seis mapas que están incluidos en el libro, son trabajo de los diseñadores Roxana Deneb y Diego Álvarez Zanollo quienes supieron captar el sentido último de la relación que tienen los autómatas que comparten el territorio con los humanos, según el autor.

LEG