Pulpos
Foto: Captura de pantalla YouTube/UNAM Global | Además de las mujeres, se sumó a la cooperativa el esposo de Silvia, Antonio.  

Un grupo de mujeres de Yucatán junto a investigadores de la UNAM crearon la cooperativa Moluscos de Mayab una iniciativa innovadora.

Todo comenzó en 2004 cuando Carlos Rosas, investigador de la Facultad de Ciencias de la UNAM, visitaba a Silvia Canul y ella le vendía rábanos cultivados por Silvia.

A Carlos se le ocurrió la idea de montar una granja de pulpos, que serviría de apoyo económico para Silvia y las demás mujeres; y a su vez sería objeto de estudio para una investigación de la UNAM.

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Primero probaron hacerlo con jaibas y calamar, sin embargo el costo para mantenerlos era muy elevado, por ello decidieron hacer la granja con pulpos porque era mucho más barato el mantenimiento.

Además, el recolectar los restos de pescado del mar permite que se limpien las aguas y se disminuya -en cierta medida- la contaminación.

Silvia se encarga de recolectar desechos de carne de pescado, una tarea difícil, la carne sirve para alimentar a los pulpos.

Es precisamente, esta última, la tarea más complicada para Silvia ya que debe darle de comer a los pulpos a una cierta hora, si se pasa de tiempo los pulpos empiezan a comerse entre ellos.

La cooperativa tiene actualmente 250 pulpos, proporcionados por la UNAM, además de construir los tanques.

Este proyecto ha permitido que los investigadores detecten que los pulpos tienen una forma de digerir muy similar a los vertebrados (como los cerdos y los seres humanos).

Esto permitió descubrir que los pulpos digieren la proteína de los desechos de pescado sin estar tan cocidos, algo que no sucedía con las jaibas y calamares.

Entre los avances científicos que ha desarrollado el equipo de la UNAM se encuentra la creación de una incubadora, que permite mantener a los huevos sin la hembra. Así lo confirma Rosas.

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Al prescindir de la hembra, el pulpo se conserva en perfecto estado y se puede comercializar. De ahí surgen parte de los ingresos de las mujeres yucatecas.

Regularmente las hembras ponen entre mil 500 y 3 mil huevos. Las hembras mueren al finalizar el ciclo de crianza.

Este proyecto atrae a inversionistas de España los cuales han visitado la cooperativa y buscan construir una en el país ibérico.

La cooperativa Moluscos de Mayab sirve de estudio científico para la UNAM, aporta sustento económico para las mujeres y es sustentable en el medio ambiente para Yucatán.

LEO