Francisco Diez Marina Palacios

La economía norteamericana creció 5.7% en 2021, así lo dio a conocer el pasado jueves la Oficina de Análisis Económico (BEA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Comercio. Es oportuno señalar que Estados Unidos se contrajo 3.4% durante 2020, a causa de la pandemia de Covid-19, su mayor caída en 74 años.

Desde 1984, cuando el PIB avanzó 7.2%, EU no reportaba tasas elevadas. El componente que tuvo mayor incidencia fue el consumo privado. Se vaciaron los inventarios de las empresas y, en consecuencia, éstas aumentaron su producción con el propósito de satisfacer la fuerte demanda de bienes y servicios.

El paquete de estímulo fiscal que impulsó el Gobierno, aunado a una tasa de interés baja, contribuyeron a dicha expansión. Ahora bien, el aumento sostenido de precios y el surgimiento de la variante Ómicron complejizaron sustancialmente el panorama económico.

Esta noticia podría fortalecer en términos políticos al presidente Joe Biden, de cara al proceso electoral de este año, tras haber sufrido un declive en su popularidad. En el primer tramo de su administración, 56% de los estadounidenses desaprobaron su gestión. Sin duda, el mandatario deberá cerrar filas al interior de su partido, a fin de evitar una potencial fractura y sacar adelante su agenda legislativa —como el plan Build Back Better—. Los republicanos buscarán retomar el control de la Cámara de Representantes.

En medio de un contexto de inflación a la alza a nivel mundial, la primera reunión de política monetaria del Comité de Operaciones de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal mantuvo atentos a los mercados. Jerome Powell, presidente de la Fed, informó que, si se dan las condiciones adecuadas, a partir de marzo comenzarán a subir la tasa de interés luego de situarla en un rango de 0 a 0.25% desde hace más de un año. Los expertos apuntan que el ajuste será de 25 puntos base.

Se prevén tres incrementos a lo largo del año, por lo que al cierre de 2022 podría ubicarse en 1%. Sin embargo, Powell no descartó la posibilidad de que este episodio inflacionario se prolongue. Cabe recordar que Estados Unidos terminó 2021 con una inflación de casi 7% —la mayor en dos décadas—.

El 2022 se antoja profundamente desafiante para México y nuestro vecino del norte. Son muchas las variables en el tablero: la escalada de tensión entre Ucrania, Rusia, la OTAN y la Unión Europea; la recuperación económica y Ómicron; los cuellos de botella en las cadenas de suministro; las presiones inflacionarias; las elecciones intermedias; el debilitamiento del Partido Demócrata; lo que algunos especialistas advierten como “el regreso de Trump”; y el dinamismo económico y tecnológico de China.

Habremos de estar muy atentos a lo que ocurra próximamente en la coyuntura norteamericana. El Gobierno mexicano sostendrá una reunión para abordar el nuevo acuerdo de cooperación con Estados Unidos en materia de seguridad (Acuerdo Bicentenario).

¿O será otra de las cosas que no hacemos?

Consultor y profesor universitario

Twitter: Petaco10marina

Facebook: Petaco Diez Marina

Instagram: Petaco10marina