Si usted es cliente de Citibanamex, tranquilo. Es más, si es cliente de cualquier banco establecido en México y tiene ahorros que no lleguen a los 2 millones 700 mil pesos puede estar confiado en que, gracias a las instituciones creadas en México desde los tiempos de Ernesto Zedillo, su dinero tiene un seguro de depósito.

Hay que estar más al pendiente del estado general que guarde la economía mexicana para que toda esa estabilidad que hemos conocido por décadas, financiera y monetaria, se pueda mantener en los años por venir.

La decisión de Citigroup de vender sus operaciones de banca al menudeo en México, con la marca Citibanamex, esa que toda la vida conocimos como Banamex, no responde a una mala condición actual del negocio.

Tiene mucho que ver con un reenfoque de sus negocios, pero también con aquel consejo de la abuela financiera que decía que hay que saber vender a tiempo.

Citibanamex excede todos los niveles requeridos por las autoridades para ser considerado un banco seguro. Así que, ni mueva sus ahorros y siga pagando puntual sus créditos para evitar problemas de cobranza.

En el caso de los empleados de los diferentes negocios de esta institución, ahí, lo primero es saber que este proceso de venta, que le adelantaron al presidente Andrés Manuel López Obrador desde agosto pasado y que esta semana se hizo público, habrá de tardar algún tiempo.

Salieron muy sonrientes los voceros de Citibanamex a decir que los trabajadores no deben preocuparse, lo cual hay que entender así: no hay que preocuparse… por ahora.

Ese mensaje es de la parte vendedora. No pueden saber cuáles serán los planes de los compradores del paquete de negocios de Citibanamex. No hay certeza si los que lleguen ya tienen un banco y en la integración hay reducción de personal y es un hecho que Citigroup no impulsará una cláusula en el contrato de venta para que no despidan a nadie.

Pero, otra vez, la venta de este grupo financiero gigante tardará mucho tiempo en concretarse.

Lo que sí debemos seguir todos, seamos clientes, empleados, o no de Banamex, es el papel que debe jugar el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador en este proceso.

Es conocido que este Gobierno quiere estar en todo. Es sabido que hay especial fijación con el tema bancario porque estos grupos ideológicos han lucrado políticamente con la crisis bancaria de 1995 y el proceso de rescate de las instituciones bancarias. Durante décadas hicieron de la desinformación del Fobaproa un botín electoral.

Es sabida su animadversión hacia los capitales privados, más si son extranjeros, y no esconden sus rencores por las “jugosas ganancias” de la banca.

Es también conocida la ambición de tener un banco propio al servicio del movimiento, el Banco del Bienestar, que permita administrar políticamente los recursos presupuestales y que han sido incapaces de articular.

En fin, hay razones suficientes para seguir de cerca la manera como el Gobierno federal se conduce tras esta decisión del grupo estadounidense Citigroup de vender lo que, en otros tiempos de estabilidad de este país, fue considerada como la joya de la corona.

@campossuarez