Foto: Cuartoscuro En las farmacias, aunque a menor escala, se repite el escenario de filas que se observa en los quioscos gratuitos del Gobierno local  

“Fue después de Año Nuevo cuando la gente empezó a llegar más seguido. De hecho no había filas, si acaso eran unos cinco o seis los que venían a la prueba; pero ahorita ya de plano llegan 50 o más y se abren dos horarios: uno que es el de las nueve y el otro de las 15:00 horas”, dice una empleada de una farmacia de cadena.

Y es que debido a las largas filas para acceder a una prueba Covid-19 en los quioscos gratuitos del Gobierno capitalino, tanto las farmacias de cadenas como las pequeñas de barrio han encontrado un nicho de mercado en medio de la aparición de Ómicron.

Esto a causa de las festividades decembrinas, cuando a partir de las reuniones familiares los casos positivos de Covid aumentaron exponencialmente… No así las hospitalizaciones, debido al alto índice de vacunación en la Ciudad de México.

Lo que sí, es que con el afán de saber si están contagiados de una simple gripe o de Covid-19, miles de ciudadanos se han volcado a las calles en busca de pruebas de coronavirus.

Por supuesto, pese a tratarse de farmacias privadas, están funcionando a través de un sistema de fichas (como los quioscos del Gobierno) o de plano con un sistema de citas, a veces tan simple como cobrar por adelantado y anotar el nombre en una libreta.

“Tienes que llegar temprano, más o menos a las siete, ocho, para alcanzar ficha, pero más que ficha es la prueba, porque se terminan muy rápido. Llegas, compras tu prueba, te damos la ficha y pasas a consulta con la doctora para que te haga la prueba y te esperas hasta que la doctora te mande a llamar para darte tus resultados”.

En la Agrícola Pantitlán, una pequeña farmacia con consultorio anexo aplica pruebas rápidas con citas al día siguiente, cobrando de antemano por la misma.

“¿Puedo dejar pagada la mitad solamente?”, se le cuestiona.

“Sí, pero a lo mejor sube el precio final, porque se acaban y depende de a qué costo las resurtieron”, dice la dependiente. La prueba con hisopo en la nariz, que costaba 500 pesos, efectivamente ascendió a 600 el día siguiente.

En otros laboratorios más formales, de plano advierten a los ciudadanos arreglar una cita previa en sus páginas oficiales para evitar aglomeraciones y que el proceso sea más rápido y seguro.

Además de que en algunas sucursales existe el servicio de auto express, que consiste en llevar a cabo la prueba desde el automóvil, con el uso de cubrebocas y gel antibacterial.

Todo ello con el objetivo de evitar más contagios: “Contamos con el servicio de auto express justo para que no haya complicaciones y todo sea más rápido, para evitar que la gente haga largas filas y disminuir los riesgos de contagio”, expresa una empleada.

Los tipos de pruebas Covid-19 que ofrecen las farmacias son tres: anticuerpos, antígenos y PCR. Pero las que más usa la ciudadanía es la antígenos, la cual tiene un costo que va, en promedio, de los 330 pesos hasta los 600 pesos.

Cabe recordar que, recientemente, la Secretaría de Salud local manifestó que en caso de contar con síntomas de Covid-19, como si fuera una gripa (tos, flujo nasal, cuerpo cortado, dolor de cabeza, etc.) es recomendable darse por contagiado y aislarse, sin necesidad de una prueba.

 

LEG