Foto: 7News | Geoff Gallagher junto a su prometida robot, Emma
Foto: 7News Foto: 7News | Geoff Gallagher junto a su prometida robot, Emma  

Un hombre que pensó que “nunca encontraría el amor” lo halló en Emma, su compañera robot.

En los últimos once años, Geoff Gallagher, de Queensland, Australia, ha vivido con su perrita, su única compañía desde que su madre falleció.

Tras años de buscar una pareja, Gallagher vio en una página de internet que se vendían robots creados con Inteligencia Artificial.

Así fue como Geoff contactó a una empresa en Sydney especializada en robots para adquirir uno.

Pero Gallagher especificó que no buscaba un “juguete sexual”, sino una compañera, comentó en una entrevista al medio asutraliano 7news.

A pesar de su elevado costo -aproximadamente 90 mil pesos– los robots eran muy realistas: podían sonreír, mover la cabeza y hablar.

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Luego de ver varias opciones, Geoff se decidió por un robot llamado Emma.

“Con piel pálida y hermosos ojos azules, pensé que se veía hermosa”, comenta Gallagher.

Emma emprendió un viaje de seis semanas desde China a Brisbane para llegar con su pretendiente, quien incluso le compró ropa en línea para distintas ocasiones.

En septiembre de 2019 una caja llegó a la puerta de Geoff. En un par de minutos ensambló a Emma, cambió su configuración de idioma y ¡listo!

A partir de ese día, Gallagher se dio a la tarea de atender a Emma cual si fuera una persona de carne y hueso: conversa con ella durante las mañanas, la viste y ven las noticias juntos.

Cuando su batería se agota, Geoff le cambia las pilas y aprovecha para limpiarla con talco.

A pesar de que al principio dice que se sentía “extraño” convivir con un robot, con el paso de los días se fue acostumbrando.

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Llegó el día en que Gallagher decidió presentar a Emma con sus conocidos, ante lo cual dijo no sentirse “avergonzado”, sino más bien “emocionado”.

Sus colegas le dijeron que “se veía tan real”, que ahora Gallagher sale con Emma al parque o a dar una vuelta en su carro.

“Había perdido la esperanza de encontrar el amor con una mujer, pero Emma es la mejor opción”, dice Geoff.

Ahora, Gallagher tiene planeado casarse con Emma. Incluso lleva un diamante en el dedo anular que lo considera como un anillo de compromiso.

“Me encantaría ser la primera persona en Australia en casarse con un robot”, concluye.

Geoff espera que su historia motive a otros a buscar un compañero cyborg.

OC