Foto: AFP Hoy, el país no solo enfrenta la pandemia, un conflicto político y armado, sino inundaciones que han dejado en Sudán del Sur más de un millón de damnificados  

Sudán del Sur nació como país independiente en 1956, en medio de una cruenta guerra civil entre ambos polos del país africano. El norte, con una predominancia de población árabe; el sur, con una mayoría cristiana repartida en grupos étnicos que habitaban la parte baja del río Nilo.

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La guerra civil fue un conflicto político entre las fuerzas gubernamentales y opositores de Salva Kiir, político sursudanés y luego presidente de Sudán del Sur desde el 30 de junio de 2005, que comenzó el 14 de diciembre de 2013, cuando una facción del Ejército de Liberación del Pueblo de Sudán intentó efectuar un golpe de Estado en Sudán del Sur.

El expresidente de Sudán, Omar Ahmad Al-Bashir, llegó al poder en 1989 e instauró un régimen de partido único que se acercó progresivamente hacia el fundamentalismo islámico.

Para finales de la década de 1990 Estados Unidos incluyó a Sudán en la lista de estados terroristas por sus nexos con Osama Bin Laden y Al-Qaeda.

El fundamentalismo de Al-Bashir propició el inicio de otro conflicto en Darfur, una región al oeste de Sudán, donde se libró un enfrentamiento religioso entre árabes y cristianos. El conflicto interno sudanés dio un respiro a su población a partir de 2005 con la firma de los Acuerdos de Nairobi que pusieron fin a la segunda guerra civil sudanesa.

Este desgarrador conflicto dejó más de medio millón de muertos en 16 años y desestabilizó y empobreció por completo a la nación africana que, a pesar de haberse creado como una democracia, sufrió su primer golpe de Estado en 1958.

Desde diciembre de 2018 las marchas contra Omar Al-Bashir aumentaron, la población mostró su hartazgo por tres décadas de férreo control militar, violencia, aislamiento y pobreza y miles de sudaneses salieron a las calles.

El punto de ebullición ocurrió en abril de 2019, cuando Al-Bashir sufrió un golpe por parte del Ejército que lo destituyó del poder.

Aquel episodio fue el final del hombre fuerte de Sudán y el inicio de un nuevo periodo de inestabilidad en el que el poder civil intentó hacerse con la política local. El país vio progresos internacionales al dejar de aparecer en la lista de estados terroristas y el procesamiento de Al-Bashir ante la Corte Penal Internacional.

Hoy, el país no solo enfrenta la pandemia, un conflicto político y armado, sino inundaciones que han dejado en Sudán del Sur más de un millón de damnificados este año.

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