Foto: Cuartoscuro “La contribución de la que se habla es voluntaria, no se les puede obligar a las personas más ricas, a las corporaciones o a los países del G-20, a donar”: Héctor Herrera  

El Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar propuesto por el presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado martes ante el Consejo de Seguridad de la ONU es poco viable, coincidieron expertos consultados por 24 HORAS.

Héctor Herrera, docente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, indicó que pese al interés de más de 47 países por participar en el proyecto, éstos no serán suficientes para que se vuelva viable.

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“En comparación con las 193 naciones que conforman la ONU, 47 aún es un número bajo”, dijo.

Uno de los retos, añadió, es atraer a las naciones con mayor desarrollo económico y a los empresarios detrás de las corporaciones, para lo cual se necesita llegar a negociaciones.

“La idea es conseguir una especie de distribución de la riqueza. Que quienes más riqueza concentren donen parte de esas ganancias para que quienes tienen menos recursos puedan disponer de ellos”.

El catedrático puntualizó que la viabilidad de dicha propuesta está sujeta al consenso que pueda obtener en los foros donde se llegue a tratar y negociar.

Esto, ante el anuncio del canciller Marcelo Ebrard de que llevará el plan a la Asamblea General de las Naciones Unidas en espera de que más países se involucren.

“Ya se inscribieron más de 47 países, hay un gran interés, numerosas organizaciones regionales han mostrado su interés para participar en la elaboración del plan que se comentó”, dijo el martes el titular de la SRE.

ES IDEA, NO PROPUESTA

Mientras, María Fernanda Vidal Correa, académica de la Universidad Panamericana, manifestó que se trata de “una idea que por sí misma es poco viable”, entre otros factores, debido a la infraestructura de cada país y a la organización interna de cada nación.

“Las circunstancias de muchos países no permitirían generar un padrón que apoye al plan, además, en el caso de la entrada de los recursos, cada nación es distinta y la gestión de los recursos sería compleja, aunque fuera de manera directa”, indicó.

La investigadora enfatizó que es un error llamar propuesta al proyecto presentado por el Presidente.

“Una propuesta claramente debe ser más que cobros voluntarios y aportaciones. Una propuesta debe establecer una ruta y plan de acción que sea conducente a la obtención y distribución de los recursos, lo cual sucederá hasta que sea presentada ante la Asamblea General de las Naciones Unidas”.

Expuso que se debe evaluar en función de lo que es “una idea” y consideró que aunque los puntos abordados por el mandatario son de gran relevancia, se diluyen cuando presenta una idea que en sí misma es poco viable.

Asimismo, la investigadora hizo hincapié en la cantidad de personal, acuerdos, regulaciones y políticas internacionales que se necesitan para llevar a cabo dicho cometido, lo cual se presenta como un obstáculo más para la idea presentada por López Obrador, quien, dijo, pretendía que no hubiese puentes entre la ayuda y quienes la necesitan.

EN SUS PALABRAS

“La contribución de la que se habla es voluntaria, no se les puede obligar a las personas más ricas, a las corporaciones o a los países del G-20, a donar”

Héctor Herrera
Académico de la UNAM

“Presentar una idea de esta naturaleza sin ningún tipo de apoyo previamente pactado o datos certeros, termina por desfondar el discurso del Presidente”

María Fernanda Vidal Correa
Catedrática de la Universidad Panamericana

LEG