Mauricio Juárez

Las reyertas en la Cámara de Diputados no son nuevas. Siempre ha habido enfrentamientos en el pleno cuando se discuten temas que confrontan las ideologías. En 1988, con la llegada de diputados y senadores del Frente Democrático Nacional las aburridas sesiones camarales provocaron el interés por los debates legislativos.

Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo fueron los dos primeros senadores por mayoría en instalarse en la vieja casona de Xicoténcatl. La experiencia y capacidad intelectual de estos dos personajes de la izquierda hicieron ver su suerte a la entonces cómoda mayoría priista.

El primero de septiembre de 1988 Muñoz Ledo enterró para siempre el rancio formato del Informe Presidencial. Se levantó de su curul e interrumpió al entonces presidente Miguel de la Madrid. 

Las peleas en el Salón de Sesiones de la Cámara de Diputados son cada vez más constantes. Antes era el PRI contra todos, ahora es Morena contra el PAN, quienes han llegado a las manos en los últimos tres años. El odio entre esos partidos es profundo y no parece que puedan llegar a una conciliación.

Pero esos enfrentamientos y ese odio iniciaron cuando la mayoría morenista todavía militaba en el PRD. En 2006, cuando Felipe Calderón ganó la presidencia de la República por apenas 0.62% a Andrés Manuel López Obrador, quien desconoció el resultado y alegó fraude electoral.

El 29 de noviembre de ese año se dio uno de los episodios más recordados en la historia legislativa. Los panistas tomaron la tribuna súbitamente para evitar que el PRD impidiera la toma de protesta de Calderón. Fueron tres noches de guardias nocturnas para evitar que los perredistas, más hechos para la lucha, les ganaran el espacio.

Hubo de todo: golpes, patadas, jaloneos, escupitajos, insultos y, como en los estadios de fútbol, volaba agua cada que había un conato de bronca.

La discusión de la Miscelánea Fiscal enfrentó nuevamente a la derecha y a la izquierda. Hubo golpes y se dieron la espalda cuando los otros ocupaban la tribuna, en un gesto por demás infantil y de falta de respeto a sus pares.

No deben extrañar los pleitos entre bancadas, sobre todo ante la falta de diálogo y acuerdos que privan en San Lázaro. 

La prueba de fuego será la discusión de la reforma eléctrica enviada por el Presidente López Obrador a la Cámara de Diputados. Se requiere de las dos terceras partes de la votación para aprobarla.

Será en ese momento cuando el coordinador de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier, demuestre si tiene los tamaños de negociador o si solo puede cumplirle al Presidente cuando se trata de reformas de ley.

Directo. A partir del próximo año se acabarán las donaciones millonarias para evadir impuestos. Sin duda, una buena decisión. Si quieren hacer filantropía, lo deberán hacer con su dinero.

Indirecto. Será interesante la discusión del Presupuesto de Egresos. Si el Gobierno y Morena quieren tener posibilidades de aprobar la reforma energética, quizá tengan que hacer algunas concesiones.

@maurijua