Foto: AFP Ristifah, que creció en una aldea rural, experimentó de primera mano la limitación del suministro eléctrico: “sólo teníamos tres horas de electricidad al día”  

Indonesia es la cuarta nación más poblada del mundo, pero eso no la exime de contar con zonas remotas donde millones de habitantes cuentan con suministro de electricidad errático durante 12 horas al día, con alumnos que estudian a la luz de las velas por la noche y centros de salud que no funcionan en pleno.

Una iniciativa de la ONU podría cambiar esta situación: un grupo de indonesios conocidos como “patriotas energéticos”. Su objetivo es impulsar el uso de recursos energéticos limpios para mejorar el acceso a la sanidad, la educación y el desarrollo económico.

Uno de los 23 “patriotas” que trabajarán con los habitantes de las aldeas en el marco del proyecto de energía limpia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo es una ecologista de 29 años llamada Ristifah. La iniciativa pretende instalar paneles solares en algunas de las islas más remotas de Indonesia durante cinco años.

Ristifah, que creció en una aldea rural, experimentó de primera mano la limitación del suministro eléctrico: “sólo teníamos tres horas de electricidad al día”.

Las limitaciones que sufrían para cargar sus teléfonos móviles y acceder a Internet les hacían sentir aislados del resto de Indonesia. Ristifah y sus compañeros pasarán un año viviendo en los pueblos que les han sido asignados y prepararán la infraestructura para la generación de energía solar.

Su trabajo consistirá en ayudar a la comunidad a determinar las tarifas de la electricidad, a servir de enlace con los contratistas, a reclutar operadores y técnicos, y ayudar a los proveedores locales de servicios de energía renovable a gestionar las nuevas centrales eléctricas.

LEG