En Alemania se vive un intenso ambiente político de cara a las próximas elecciones del 26 de septiembre, pues aún no hay un claro favorito para suceder el cargo de Canciller que dejará Angela Merkel, tras 16 años en el poder.
Los próximos comicios federales serán los primeros desde 2005 en los que no participará Angela Merkel, luego de que en 2018 anunciara que dejaría la cancillería alemana tras estas elecciones.
Merkel se retira como una de las líderes más influyentes de Europa en los últimos años, enfrentado grandes desafíos, como la crisis de la eurozona en 2010, la crisis de refugiados en 2015 y, en su último reto, la pandemia del coronavirus.
El peso político de Merkel ha influido en la dificultad de los alemanes por escoger a su próximo representante, entre los que destacan tres personajes: Olaf Scholz, el ministro de finanzas y actual vicecanciller es la apuesta del Partido Socialdemócrata (PSD).
El partido de centro Izquierda ve en Scholz la experiencia que necesitaban; mientras que Armin Laschet, abanderado del bloque de centroderecha Unión Cristianodemócrata (UCD) y de la propia Angela Merkel, ha visto su imagen afectada tras algunas controversias; por último, Annalena Baerbock, candidata de los Verdes, aspira a dar la sorpresa en los próximos comicios con su enfoque climático.
En recientes sondeos, el PSD aventaja a sus contrincantes con 25% de votos. Estudios muestran por primera vez en 19 años al PSD por delante del bloque conservador de UCD, que con 22% de apoyo cae a su peor tasa desde 2002.
Los Verdes permanecen en tercera posición con 17%, tras estancarse por las polémicas de su candidata. Sin embargo, la intención de voto entre la población alemana se ha vuelto tan impredecible que pueden surgir algunas sorpresas.
Los desafíos que encara Alemania aumentan las dudas entre electores, especialmente tras las graves inundaciones de julio. El próximo canciller tendrá mucho trabajo por delante, pues la crisis sanitaria por Covid-19 no ha cesado y la tendencia preocupa.
LEG