Prevenir una mayor crisis humanitaria en Afganistán, y que el Estado se convierta en caldo de cultivo para los grupos terroristas deben ser prioridad para la comunidad internacional, determinó ayer el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, en sesión emergente.

Según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), más de 18 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, cuatro millones de niños no están escolarizados, y unas 400 mil personas han abandonado sus hogares para buscar refugio, de las cuales más de la mitad son niños.

Antonio Guterres, secretario general de la ONU, subrayó la víspera que el concierto de las naciones debe garantizar que Afganistán no se convierta en terreno propicio para el terrorismo, y los 15 miembros del Consejo emitieron una declaración conjunta después de que Guterres dijera en la reunión que el mundo debe unirse para combatir una “amenaza terrorista global”.

Después que los talibanes tomaron el poder en Afganistán por primera vez en 1996 tras una brutal guerra civil, el régimen fundamentalista islámico proporcionó un refugio seguro para que Al QaEda operara sus campos de entrenamiento. EU derrocó a los talibanes en 2001 en represalia por los atentados del 11-S.

La reunión de este lunes fue convocada apresuradamente en la sede en Nueva York después de que los extremistas entraran en la capital, Kabul, el domingo.

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