Los talibanes, que vienen encadenando conquistas claves, reivindicaron la víspera la toma de Kandahar, segunda ciudad de Afganistán, en medio de una fulgurante ofensiva ante la que Estados Unidos anunció el despliegue de 3 mil soldados para evacuar a su personal diplomático. Las fuerzas del Gobierno afgano se retiraron masivamente a una instalación militar en las afueras de la ciudad.

Antes del anuncio de Kandahar, las desmoralizadas tropas cedieron Herat a los insurgentes, que en apenas una semana se han hecho con un tercio de las 34 capitales provinciales de la nación.

Horas antes habían perdido Ghazni, la capital más cercana a Kabul tomada hasta ahora y enlace entre la capital y Kandahar. Y cayó también la gran ciudad del oeste de Afganistán, cerca de la frontera con Irán, Herat bajo control talibán. En la última semana, el gobierno ha perdido casi todo el norte, sur y este de Afganistán, manteniendo el control de la capital y un puñado de ciudades, muchas de ellas en riesgo.

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