Tres mexicanos* han levantado la mano, implícita o explícitamente, para ser el abanderado presidencial de la coalición PAN-PRI-PRD en el 2024.

El primero fue el precandidato confeso, Ricardo Anaya, quien no ha descartado buscar representar a los tres partidos—y en política, esa ambigüedad significa que lo está ponderando—.

La situación de Alejandro “Alito” Moreno, exgobernador de Campeche y actual presidente nacional del PRI, es similar: es sabido que sopesa el ser candidato y, al día de hoy, no ha descartado nada.

El tercero es Enrique de la Madrid, ex diputado federal, exdirector del Banco Nacional de Comercio Exterior (BANCOMEXT), exsecretario de Turismo, y hoy director del Centro para el Futuro de las Ciudades del Tecnológico de Monterrey (ITESM).

Los tres son perfiles tienen pros y contras. Por ejemplo, será difícil que Anaya sea aceptado por la base priista.

Recordemos que Anaya se fue de lleno contra Enrique Peña Nieto y el priismo en el 2018.

Además, desperdició toda la campaña intermedia de 2021, que bien pudo usar para “hacer las paces” y acercarse al priismo—como lo hicieron decenas de panistas en mítines y eventos de la coalición—.

Pero Anaya también es hábil y políticamente rudo. Sería muy tonto descartarlo.

Por su parte, “Alito” Moreno es un gran “campañero”. Pude verlo en algunos eventos de la coalición en Sinaloa y Campeche, y sabe enardecer a una multitud.

Además tiene un gran currículum—diputado federal, senador, gobernador y presidente nacional de un partido, etc.—y la capacidad negociadora que se requiere desde la presidencia de México.

Sin embargo, “Alito” enfrentaría el mismo reto que Anaya: el ser aceptado, o no, por la base de su principal socio—en este caso, por la del PAN—.

Se antoja difícil—más no imposible—que el panismo apoye a un presidente nacional del PRI como su candidato, sobre todo cuando el PAN es el “socio mayoritario” de la coalición.

Por otro lado, Enrique de la Madrid, quien es maestro en Administración Pública por Harvard—igual que su padre, el presidente Miguel de la Madrid (1982-1988)—, es un hombre bastante informado de los problemas actuales de
México.

De hecho, diseñar, recomendar, y el estar al tanto de nuevas políticas públicas—sobre todo en materia de ciudades, movilidad y sustentabilidad—es literalmente su trabajo en el “Tec”.

Además, De la Madrid fue director de Financiera Rural con Felipe Calderón entre 2006 y 2010. Esto podría facilitar que la base panista llegue a aceptar a Enrique en un futuro. No obstante, se le atacará con el sexenio de su
padre—argumentos que, asumo, ya sabrá cómo rebatir—.

Con el paso de los meses, más mexicanos y mexicanas levantarán la mano para encabezar la alianza en 2024. Sin embargo, todo esto—los destapes, la negociación entre partidos, y las potenciales plataformas electorales—podría venirse abajo si la coalición se cae desde dentro o la tiran desde fuera.

La realidad es simple. Si PAN-PRI-PRD van separados en la elección presidencial de 2024, es altamente probable que MORENA repita en el Ejecutivo Federal, con todo el desastre que ello implicaría.

Movimiento Ciudadano, de nuevo, irá solo—muy probablemente con Enrique Alfaro—para dividir el voto opositor y beneficiar a MORENA. No obstante, mucho depende de quién será el candidato oficial: Claudia Sheinbaum o
Marcelo Ebrard.

En mi opinión, el mejor escenario en 2024 para PAN-PRI-PRD sería, obviamente, ir juntos con un candidato respetado por todas las partes; un Movimiento Ciudadano aguado con un Alfaro que no prenda fuera de Jalisco; y
un desgastado bloque MORENA-PT-PVEM con Sheinbaum a la cabeza.

Ella es más fácil de derrotar que Ebrard y la próxima semana les diré mis razones para creerlo.

@AlonsoTamez
* El diputado federal electo, Gabriel Quadri, no ha especificado si buscará la
jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en 2024, o bien, la presidencia de
México, como ya hizo en 2012.