Ayer, 19 de mayo, comenzó la última fase de vacunación para docentes en México, que se prevé concluya el día 28 de este mes, con lo que se generarían condiciones apropiadas para el regreso a clases presenciales, lo cual, se ha informado, ocurrirá en el próximo mes de junio, aun en las entidades con el Semáforo Epidemiológico Amarillo, como es el caso de la Ciudad de México, donde esta semana inició la vacunación indistinta de maestras y maestros de instituciones públicas y privadas, tal como se llevó a cabo con el personal médico y las personas adultas mayores.

En este sentido, el Gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador cumplió con las recomendaciones internacionales emitidas desde el 14 de diciembre de 2020, cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) exhortó a los países de todo el mundo a considerar a la población docente como un grupo prioritario en sus respectivos planes de vacunación, con el fin de evitar la propagación del Covid-19 y garantizar que las clases en el aula se puedan reanudar de manera segura.

En el mismo sentido, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), pidió dar prioridad al magisterio en la vacunación contra la nueva enfermedad, una vez que se inocule al personal de salud de primera línea y a las poblaciones de alto riesgo.

El Ejecutivo federal ha reportado que 80% del personal de la educación ya ha sido vacunado, por lo que se proyecta la reapertura de las escuelas para la segunda semana del próximo mes. Con el fin de agilizar este plan, en México se administra la vacuna CanSino Biologics, en dosis única, de acuerdo con su guía técnica, que induce una respuesta inmune 14 días posteriores a su aplicación, lo que se deberá tomar en cuenta para el calendario del próximo regreso a clases.

Con esta jornada de vacunación se reafirma el compromiso del nuevo Gobierno con las y los maestros de México, a quienes en el pasado se les consideró como una amenaza política al viejo régimen, por lo que se impulsó una mal llamada reforma educativa que, lejos de actualizar el sistema de instrucción para los retos rumbo a la tercera década del milenio, vulneró sus derechos laborales, al condicionar su permanencia en el empleo.

Hoy, el personal docente es parte activa de la Cuarta Transformación, pues el movimiento democrático magisterial tiene una larga tradición de lucha social que inspiró los principios de regeneración, y fue parte crucial del histórico triunfo de 2018.

Con el nuevo andamiaje legal aprobado durante la presente legislatura del Congreso de la Unión, se han reforzado los principios de laicidad, publicidad y gratuidad en todos los niveles de la educación pública; se resarció el agravio a la esfera jurídica de maestras y maestros, y se crearon las condiciones para que la educación vuelva a ser un factor de transformación social en la construcción de un país más equitativo, justo y libre de corrupción.

 

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