Que nuestro modelo lo copian varios países. Que soy optimista. Que otro Fobaproa, jamás. Que nos vamos recuperando. Que tengo otros datos. Que los pobres primero. Más o menos ese fue el guión del último año. Sin inmutarse, el Primer Hombre nos dijo que el virus le hacía -en términos de la economía, la inversión, el empleo, y demás-, cosquillas. Claro que hay otros-otros datos…

Primero, los de México Cómo Vamos, una de esas instituciones fifís que tanto le gustan al Presidente, y que hizo un estudio junto con Eva Arceo, investigadora de la Ibero. ¿Qué dice el estudio? Como antecedentes, de los 12 y pico millones de personas que perdieron el empleo el año pasado, dos y pico siguen sin tenerlo. De los diez que sí lo tienen, dos sufren de precariedad laboral: no les alcanza el dinero. De las chambas pérdidas, ocho de diez eran informales. De las recuperadas, son informales nueve de diez. No suena bien. Ahora pensemos esto: para las mujeres, más incluso que antes, la crisis es particularmente dolorosa. Primero, el golpe fue mayúsculo para ámbitos en que se desempeñan mayoritariamente, como el turismo o los restaurantes. Sobre todo, es que somos un país muy macho. Las mujeres tienen que cuidar a los escuincles que no van a la escuela y demás parientes. Vaya, que son una súper “institución de seguridad social”. Así, 84% de las personas que dejaron de chambear, son mujeres. 

Luego, en 2020 tuvimos la peor caída de la inversión privada en 25 años. ¿La pandemia? Sí pero no. Antes, llevábamos varios trimestres consecutivos en ese tenor, cosa normal cuando cancelas aeropuertos, cerveceras y contratos con empresas energéticas. Igual que, ¿se acuerdan?, el PIB entró en negativos en 2019.

Enseguida, los datos del Inegi. Hoy sabemos que de dos millones de desempleados, pasamos a dos millones cuatrocientos y pico mil. Luego está lo que dice Coneval, en sintonía con lo dicho por México Cómo Vamos: que la pobreza laboral está disparada. En un año, hay cinco millones de personas más en esa condición. 

Pero el Presidente asegura que no, que vamos requetebien, recuperándonos, y sus economistas afines aseguran que en efecto, que todo en orden. Dan ganas de creerles, la verdad, pero cuesta, con los antecedentes. En todo caso, la recuperación será lenta, lenta, lo que implica que mucha gente va a pasarla muy mal por mucho rato, particularmente la más pobre. En ese escenario, se agradecería, por un cierto pudor, no diré empatía, moderar las sonrisas. Seguiremos pobres pero desempleados.


@juliopatan09