La India no solo no logra contener el ritmo pandémico entre sus mil 300 millones de habitantes, sino que la crisis muestra sus peores niveles desde que comenzó la emergencia sanitaria mundial por el coronavirus. Apenas ayer rompió nuevos récords, con 350 mil nuevos casos de Covid-19 y 2 mil 767 decesos.

Hace dos semanas se despertó un reclamo internacional, cuando el país de Narendra Modi restringió las exportaciones de vacunas del Instituto Serum para privilegiar el consumo interno, ante el repunte… hoy en día lo que prevalece son las muestras de solidaridad.

“Los estragos del coronavirus continúan y no hay tregua”, admitió ayer Arvind Kejriwaly, jefe de gobierno de la capital, Nueva Delhi, y prolongó el confinamiento una semana más.

Estados Unidos anunció la víspera que enviará material para la fabricación de vacunas, así como terapias, pruebas, ventiladores y equipos de protección.

La Casa Blanca especificó que el Gobierno de Joe Biden ya financia sustancialmente la capacidad de producción de vacunas de India para que el país pueda producir mil millones de dosis de sueros hacia fines de 2022.

En tanto, el Reino Unido anunció que les enviará equipamiento médico de emergencia, como ventiladores y concentradores de oxígeno.

“Equipos médicos vitales, incluyendo cientos de concentradores de oxígeno y ventiladores viajan ahora”, detalló el primer ministro Boris Johnson.

La canciller alemana, Angela Merkel, declaró ayer mismo que su gobierno está preparando el envío de ayuda de emergencia. “Quiero expresar al pueblo de India mis condolencias por el terrible sufrimiento que el Covid-19 ha provocado nuevamente en sus comunidades”, indicó Merkel en Twitter.

La Unión Europea, por su parte, se prepara para dar asistencia activando su mecanismo europeo de protección civil, anunció la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.

“La UE pone sus recursos para responder a la solicitud de asistencia”, tuiteó Von der Leyen, que se dijo alarmada.

Infografía: Xavier Rodríguez

Expresidente, vacunado VIP, contagiado

De poco sirvió el expresidente peruano Martín Vizcarra vacunarse cuando aún estaba en el cargo, como parte de un grupo de funcionarios considerados VIP que se saltaron la fila en el proceso, pues aún así se contagió.

Él y su esposa adquirieron el virus seis meses después de ser inoculados con la sustancia china Sinopharm, coincidiendo con una segunda ola de la pandemia impulsada por una variante del coronavirus originada en Brasil.
“Pese a los cuidados necesarios para evitar llevar el virus a casa, mi esposa y yo hemos dado positivo y somos sintomáticos”, dijo Vizcarra (2018-2020) en Twitter.

Sin embargo, Vizcarra, de 58 años, fue criticado por no usar mascarilla ni respetar el distanciamiento social durante su campaña electoral de cara a la elección parlamentaria del 11 de abril, y el contagio se produjo a la semana de que el Congreso lo inhabilitara para ocupar el escaño que ganó, por vacunarse de manera irregular en octubre, un mes antes de ser destituido por un presunto caso de corrupción.

El escándalo, llamado “vacunagate”, explotó en febrero e involucró a 487 personas, funcionarios en su mayoría, incluyendo a dos ministras del actual gobierno interino de Francisco Sagasti.

Escándalos similares que cimbraron la palestra política también se vivieron en el Argentina de Alberto Fernández y en el Ecuador de Lenin Moreno.

Apoyan de lejos, pero excluyen a los viajeros

Países brindan apoyo al Gobierno indio, pero restringen el acceso a los ciudadanos. Italia y Alemania suspendieron sus vuelos comerciales. Bangladés, que comparte 4 mil kilómetros de frontera con India, suspendió las conexiones terrestres durante dos semanas.

EU desaconseja los viajes al país asiático y Canadá suspendió 30 días los vuelos procedentes de India y Pakistán.
LEG