Ecuador y Perú confirmaron ayer en las urnas que la competencia electoral y la tendencia del voto sudamericano ya no son tan claras ni las preferencias tan definidas, y lo mismo las alas derechistas e izquierdistas competían en cerrados porcentajes al cierre de esta edición.

Ayer se celebraron elecciones en ambos países, marcados por la erosión de las instituciones, la pandemia por el Covid-19 y el descontento social.

 

Los países no llegan a las urnas en su mejor momento. En Ecuador, la crisis sanitaria, económica, y de estabilidad en el Gobierno ha causado una gran indignación social. Los sentimientos que reinan de cara a los comicios eran la polarización y la desconfianza.

En Perú, el principal lastre de estas elecciones es el desinterés, y la inconformidad con los candidatos. Según encuestas locales, 36% de la población o no sabía por quién votaría, o no quería votar por ninguno de los candidatos en la papeleta.

Los peruanos acudieron a las urnas a elegir un presidente entre 18 candidatos, sin ningún favorito, y una encuesta a boca de urna de la firma Ipsos, divulgada apenas terminó la votación, dio ayer el primer lugar al maestro y sindicalista de izquierda radical Pedro Castillo, con 16.1%, lo que implica la necesidad de una segunda vuelta.

Le siguen el economista de derecha Hernando de Soto y Keiko Fujimori, de la derecha populista, ambos con 11,9%; Yohny Lescano, centroderechista, con 11%, y el ultraconservador Rafael López Aliaga, con 10.5%. La diferencia es tan estrecha que la tendencia podría variar en horas.

En Ecuador, el exbanquero conservador Guillermo Lasso obtenía una ventaja de nueve puntos porcentuales sobre el economista de izquierda Andrés Arauz, tras el escrutinio preliminar de 51.34% de la segunda y definitiva vuelta presidencial, según el Consejo Nacional Electoral.

El derechista captaba 54.64% de los votos, frente a 45.36% de Arauz, delfín del exmandatario socialista Rafael Correa (2007-2017).

Las clases políticas tanto en Ecuador como en Perú están marcadas por escándalos de corrupción e ineficiencia. Por lo que los próximos presidentes tendrán la misión de recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones gubernamentales.

Ambos países fueron muy afectados por la pandemia del coronavirus. En Ecuador suman 346 mil contagios, y 17 mil muertes; y Perú es el país con mayor cantidad de muertes por habitante en Sudamérica, con 1.6 millones de contagios y más de 54 mil muertes. Tienen además muy bajos niveles de vacunación, por lo que los principales retos en materia de salud son la inmunización de la población y la disminución del ritmo de contagio.

En lo económico, los próximos mandatarios lidiarán con altas tasas de desempleo, y pobreza. Mientras que en Ecuador el principal reto es la deuda externa (que representa 6.3% del PIB), en Perú es el crecimiento económico (en la primera mitad del 2020 su PIB decreció 17.4%).

FRASE

“Tenemos la oportunidad de recuperar nuestro futuro en la senda de progreso que nos hizo el jaguar de América”
Rafael Correa
Expresidente de Ecuador

“Tengo más de 30 años escuchándolos, es la mejor estrategia para entender donde están los problemas”
Hernando de Soto
Economista, finalista en Perú

Infografía: Xavier Rodríguez

Perú, pasado y presente

Perú fue cuna de una gran civilización, tiene un invaluable patrimonio arqueológico y una famosa gastronomía, pero le persigue la triste fama de su debilidad institucional. En el presente, sus expresidentes se han sumido en un sino vital o político. En el pasado, desde Cusco, el imperio inca ocupó una vasta franja territorial en Sudamérica, desde el sur de Colombia, hasta Chile y Argentina. Floreció en el siglo XV y fue conquistado por España en el siglo XVI, pero su legado sigue vivo.

Perfiles

Guillermo Lasso, banquero

Guillermo Lasso, de 65 años, es un exbanquero conservador que pregona el libre comercio y lidera el anticorreísmo. Perdió las elecciones con la izquierda en 2013 y en 2017.
Nació en Guayaquil, donde se vinculó desde muy joven a la Bolsa de Valores para costearse sus estudios secundarios en un colegio católico. Su trabajo consistía en anotar en una pizarra las cotizaciones de las acciones. No completó sus estudios en Economía, pero logró descollar en el sector financiero.

Pedro Castillo, el radical

Pedro Castillo, nacido en Cajamarca, es un profesor radical de izquierdas, de 51 años, que se vanagloria de usar un látigo como símbolo político y que entre sus anuncios se encuentran instalar en seis meses a una nueva Asamblea Constitucional, disolver el Tribunal Constitucional, dar muerte civil a los corruptos, romper los contratos con todas las empresas mineras y acabar con el enfoque de género en las escuelas.
Es profesor de primaria en su poblado de Puña desde 1995.

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