Juan Manuel Torres Esquivel

Este mes la humanidad cumplió un año de hacerle frente a la pandemia del COVID-19, ante el encierro, las redes sociales han representado un importante medio de comunicación; los usuarios han utilizado las plataformas sociales para informarse sobre el COVID-19, para dar su opinión sobre la actuación sobre las autoridades sanitarias, pero también para desahogarse sobre las emociones que han vivido en la pandemia.

En este contexto, empresas como Facebook y Twitter han implementado una serie de cambios para combatir la desinformación en la plataforma, principalmente en todo lo que compete a información sobre la pandemia. Las redes sociales han sido un vínculo esencial para la conexión y la comunicación entre las personas, a pesar de que el fenómeno de la desinformación continúa siendo una amenaza latente y las compañías parecen estar rebasadas.

De acuerdo con la herramienta de medición digital Xpectus, a un año de la pandemia, la conversación digital sobre COVID-19 presenta una tendencia a la baja. Hace un año el volumen de menciones en redes rondaba por los 300 mil impactos diarios, hoy el promedio no supera los 30 mil. Si bien el volumen de la conversación tiene una tendencia a la baja, la percepción sobre el manejo de la pandemia tiene una actitud cada vez más crítica. En un escenario en donde México acumula ya más de 200 mil muertos, de acuerdo con cifras oficiales, el ánimo en redes no es favorable para el gobierno: De acuerdo con Xpectus, para el 15 de marzo de 2020, el doctor Hugo López Gatell acumulaba únicamente 27% negativos, mientras que un año después, sus rondan los 67%.

Asimismo, la conversación digital en México se centra principalmente en el número de nuevos casos y los principales tópicos negativos de los que hablan los usuarios giran en torno al aumento de contagios y las muertes registradas. No obstante, por más crítico que parezca el escenario, también se ubican puntos positivos; por ejemplo la conversación sobre el personal de salud, que se encuentra como el segundo tema destacado y se mantiene con un tono principalmente positivo. Destaca la batalla que da el personal del sector salud en México y las muestras de aprecio que se manifiestan hacia los médicos. Otros conceptos favorables son las medidas de prevención y la esperanza alrededor de la vacunación.

La estrategia de vacunación alrededor del mundo es cada vez más compleja. Mientras algunos países llevan ritmos impresionantes de vacunación, otros están rezagados. En Latinoamérica, de acuerdo con un reportaje del País, Chile lleva administradas 49.2 dosis por cada 100 habitantes, en Estados Unidos 39.9 dosis y, por otro lado, México solo acumula 4.8 dosis por cada 100 habitantes.

El reto de la vacunación no está enfocado únicamente en la aplicación de las vacunas, en redes sociales la constante desinformación que se genera a raíz del movimiento antivacunas ha ido creciendo y tomando fuerza junto con otras teorías de la conspiración. Hoy el problema de la desinformación en este tema es mundial y no está enfocado únicamente en unos grupos de padres que no quieren vacunar a sus hijos.

Un nuevo informe del Centro para Contrarrestar el Odio Digital y Anti-Vax Watch encontró que, hasta el 65% del “contenido anti-vacunas” en Facebook y Twitter se originó desde las cuentas de doce personas influyentes que pertenecen al movimiento anti-vacunas. Dichas organizaciones informan que, si bien las redes sociales han implementado políticas frente a la desinformación alrededor de las vacunas, no han querido combatir al 100% el origen de estas campañas de desinformación, pues sólo se está combatiendo la difusión, pero no están atacando la cadena de viralización.

Al ser cuestionados durante la audiencia en el Congreso de Estados Unidos, sobre la posibilidad de dar de baja a estos doce usuarios que esparcen información falsa sobre las vacunas, ninguno de los CEOs de Facebook, Google y Twitter dio una respuesta concreta a los legisladores, simplemente hicieron un recuento de sus políticas y evadieron los cuestionamientos de los legisladores, negándose así a asumir la responsabilidad sobre la moderación de contenido.

Hoy más que nunca necesitamos que las compañías asuman su responsabilidad y ayuden a detener la pandemia de la desinformación que sigue estando presente en las redes. El mundo necesita responsabilidad de los gobiernos y de las empresas, aún cuando no quieran asumirla, el éxito de la estrategia de vacunación y el fin de la pesadilla del COVID-19, está en sus manos.