El Gobierno de México responsabilizó a Estados Unidos por el cese temporal del suministro de gas que ha provocado apagones en 22 estados de la República, algo nunca visto en la historia moderna.

Y si bien es cierto que la generación de electricidad en el norte del país está atada al suministro de gas que viene de Texas, este Gobierno tiene una gran responsabilidad en la situación de desabasto de electricidad y de gas, ambos indispensables para la recuperación económica.

Desde que llegó Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, su Gobierno ordenó la suspensión de las licitaciones para la explotación de yacimientos de gas y canceló las asociaciones de Pemex con la iniciativa privada.

Los estados más industrializados del país, los del norte, han reportado pérdidas multimillonarias en dólares debido a la suspensión de actividades de cientos de complejos fabriles.

Precisamente sobre la falta de previsión de las autoridades del sector energético, empresarios de Coahuila asociados bajo el nombre de “Clúster de Energía Coahuila’’, refutaron las declaraciones de López Obrador sobre el origen del desabasto de gas.

“Sí había un plan quinquenal para la extracción de gas, el 2015-2019, periodo en el que se preveía la licitación de 128 bloques de exploración y extracción de hidrocarburos, incluidas áreas de yacimientos no convencionales ricos en gas natural localizados en Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas’’.

El plan fue cancelado por el Gobierno de la 4T.

Acusan que la administración federal suspendió la ejecución de un contrato que Coahuila había firmado con Pemex para la exploración y extracción de gas en el campo Olmos, municipio de Hidalgo.
Esta suspensión unilateral impidió la operación de pozos “que en este momento estaría produciendo 117 millones de pies cúbicos diarios de gas natural en solo uno de los cuatro campos asignados a Pemex en la región norte del estado’’.

Lo que es aún más grave es que los empresarios coahuilenses afirman que ni siquiera los pozos asignados a Pemex en la llamada “Ronda Cero’’, lo más productivos, han sido explotados por la empresa del Gobierno.

Así que más que responsabilizar a las gaseras estadounidenses por los apagones y por la racionalización del combustible en nuestro país, el Gobierno debería estar corrigiendo el rumbo de su política energética.

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¿Dónde quedaron las feministas senadoras que no dejaban pasar una sin protestar por abusos, los que fueran, en contra de mujeres?

Ayer el Senado aprobó por mayoría una reforma a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que en esencia se trata de establecer medidas preventivas en lugar de punitivas.

Es decir, que las autoridades, de cualquier nivel, deben brindar protección a una mujer con el sólo hecho de que lo pida por cualquier amenaza a su integridad.

Lo grave del asunto es que ninguna senadora, ninguna, tocó con el pétalo de una referencia a Félix Salgado Macedonio, acusado de abusar sexualmente de por lo menos dos mujeres.

Ni Malú Micher, Beatriz Paredes o Patricia Mercado, ni los guerrerenses Nestora Salgado y Manuel Añorve, hicieron referencia a las acusaciones que pesan sobre el candidato a gobernador de Guerrero.

Y si bien de la oposición en el Senado poco se puede esperar, del partido mayoritario se esperaba una posición por lo menos disimuladamente crítica.

¿Qué le deben o a qué le temen que todos se quedaron callados?

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